En noviembre de 2008, tras casi dos décadas como ciudadana de Estados Unidos, la nicaragüense Urania Medal se decidió a votar por primera vez en su país adoptivo cuando Barack Obama prometió que encararía una reforma migratoria en su primer año de gestión.
"Como Obama dijo que era lo primero, mi hija y yo dijimos: 'Nosotros que nunca hemos votado, vamos a apoyarlo''', dijo Medal, una pensionada de 62 años que vive en Bushwick, un barrio pobre con alta proporción de latinos en el distrito neoyorquino de Brooklyn.
Medal participará el domingo en lo que se espera sea una marcha multitudinaria en Washington para recordarle a Obama que, tras 14 meses en el poder, aún no cumplió su compromiso. Frente al Capitolio, inmigrantes y activistas de todo el país exigirán que el presidente impulse la reforma que prometió, con un "camino a la legalización" para más de 10 millones de indocumentados.
Los organizadores, una coalición nacional de más de 100 grupos de defensa de los inmigrantes, aseguran que esperan más de 100 mil personas en Washington. Su cálculo se basa en la cantidad de autobuses reservados para el viaje en más de 40 estados y en una campaña que recolectó compromisos firmados de 50 mil personas en el área de la capital.
Los activistas dicen que la población latina siente una decepción cada vez más grande con el presidente, que sólo ha hecho unas pocas declaraciones genéricas sobre la reforma migratoria. Cuando necesitaba atraer el creciente voto hispano, recuerdan, sus palabras eran mucho más decididas.
"¿Dónde está Obama, que no quiere ni hablar?", dijo Medal, integrante de la organización comunitaria Se Hace Camino Nueva York. "Estoy muy defraudada".
Tras intentos fallidos en el Congreso en 2006 y 2007, la reforma migratoria es un hierro caliente para los políticos estadounidenses. El oficialismo demócrata teme perder votos ante las acusaciones de los republicanos de que lo que consideran una amnistía a millones de personas perjudicaría a los trabajadores nativos y premiaría a quienes vulneraron la Ley.
Los senadores Charles Schumer, demócrata, y Lindsey Graham, republicano, preparan un borrador de Ley de reforma, pero aún no hay fecha para su presentación formal. El representante demócrata Luis Gutiérrez presentó una iniciativa favorable a los indocumentados en la Cámara Baja en diciembre, pero el presidente no se manifestó al respecto.
La manifestación no es una declaración de guerra a un antiguo aliado, pero sí una medida de presión, dijeron los dirigentes.
"Esto va a ser el inicio de grandes movilizaciones. Vamos a volver a salir el 1 de mayo y antes también", dijo Artemio Arreola, activista de Chicago que trabajó en la campaña de Obama en las primarias. "Si quieren detener todo esto, tienen que actuar".