Al menos nueve personas murieron y decenas resultaron heridas, entre ellas un gobernador provincial, en una nueva jornada de violencia en Afganistán en la que la insurgencia talibán golpeó el Este afgano y la capital del país.
En el ataque más violento, 9 personas, incluidos 5 civiles, perdieron la vida y 27 más sufrieron heridas cuando un suicida detonó la carga que transportaba en la provincia de Paktya.
El suicida tenía como objetivo a un grupo de agentes de seguridad contratados por las tropas de la OTAN desplegadas en Afganistán, quienes circulaban a pie en un mercado de la ciudad de Gardez.
El jefe de la Policía de Paktya, Aziz Ahmad Wardak, precisó que además de los 5 civiles hubo otras 4 víctimas mortales, entre ellas un agente de seguridad y dos de sus guardaespaldas.
Poco después del ataque, el mando conjunto de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad, comandada por la OTAN, aseguró que el atentado fue perpetrado con un artefacto de fabricación casera.
En un comunicado, la Alianza Atlántica aseguró que un agente de la guardia de control de fronteras afgana y 8 civiles perdieron la vida como consecuencia del ataque y situó en nueve el número de heridos.
La ISAF atribuyó la acción a la insurgencia talibán, que tiene importantes bastiones en el tercio oriental del país.
"Los insurgentes han demostrado de nuevo que son el enemigo del pueblo afgano", dijo un portavoz de la ISAF, el general de brigada Luigi Scollo.
En un suceso distinto, siete personas, entre ellas el gobernador provincial en funciones de Khost, Tahir Khan Sabari, resultaron heridas a causa de la explosión de un artefacto en el interior de un edificio oficial de esa provincia oriental afgana.