Llanto. Mujeres y hombres afuera de la cárcel lloran al momento que escuchan los nombres de sus familiares reclusos.
Un incendio aparentemente causado en medio de una riña entre reos provocó ayer la muerte de 81 presos y quemaduras graves a otros 14 en una abarrotada carcel chilena, en un país con una de las más altas tasas de hacinamiento del mundo, informaron las autoridades.
Hasta avanzada la tarde se había identificado a 31 víctimas, el resto era irreconocible, según informes oficiales.
El ministro de Salud, Jaime Mañalich, dijo que se trata de la peor tragedia en la historia carcelaria chilena. En mayo de 2001 murieron 26 reclusos en un incendio en un penal del norte.
"Las condiciones que existían adentro de esa cárcel son absolutamente inhumanas", aseguró el presidente Sebastián Piñera. Ya en octubre la jueza Ana María Arratia Valdebenito había advertido que en la Torre 5, donde comenzó el incendio, los reclusos estaban hacinados.
El incendio se registró después de las 5:30 horas en el cuarto piso de una de las torres del penal de San Miguel y según el ministro de Interior, Rodrigo Hinzpeter, a causa de una riña entre reclusos.
Uno de los fiscales que investigará la tragedia, Alejandro Peña, dijo que según los informes preliminares, el incendio "habría sido intencional".
Cientos de familiares se apostaron en las afueras de la cárcel a espera de noticias de las víctimas.
"¿Por qué tuvo que morir en esta perra cárcel? mi hijo era inocente y lo condenaron estos perros mal nacidos", gritó una mujer mientras era apoyada por dos personas antes de caer al suelo.
Otra madre declaró que su hijo llevaba 20 días preso por vender películas copiadas ilícitamente, le quedaban 10 días. Está entre los 81 fallecidos.
Pedro Hernández, presidente de la asociación de funcionarios penitenciarios, denunció a la prensa que al ocurrir el siniestro, al interior del penal había cinco custodios para una población de 1,900 reos. La información fue corroborada luego por Daniel Vega, otro dirigente penitenciario.
"A los bomberos no los dejaron ingresar, los antimotines entraron primero y empezaron a pegarnos, y después (entraron) los bomberos", dijo un reo desde el interior del penal de San Miguel, hablando por celular con la televisión estatal.
Otro recluso que habló con el canal privado de televisión Mega, responsabilizó a los custodios del alto número de víctimas. Dijo que "yo estaba durmiendo y me desperté con los gritos, escuchaba que decían auxilio... nos estamos quemando, agua, agua, harto rato...y ellos (los gendarmes) no hicieron nada, nada. Pasó como media hora llamando".
La television estatal transmitió grabaciones hechas por presos con teléfonos móviles en las que se escuchan gritos de desesperación de sus compañeros.
"Abran las puertas, está todo cerrado", "nos estamos quemando", "las puertas", "abran las puertas hombres", se escuchó claramente en las grabaciones difundidas.
Los reclusos se contactaron con las televisoras a través de teléfonos celulares, que aunque están prohibidos dentro de los recintos carcelarios, son ingresados clandestinamente.
Según el comandante de bomberos José Sánchez informó, los gendarmes facilitaron el ingreso de bomberos al lugar "no obstaculizando ni impidiendo la labor de los voluntarios".
En un comunicado dijo que recibieron el alerta de incendio a las 05.48 horas y que el primer carro bomba llegó al penal nueve minutos más tarde.
Al ingresar al cuarto piso de la Torre 5 se encontraron con fuego violento "en gran parte" de la planta, a una alta temperatura. Cortaron varios candados lo que permitió salvar a 60 reclusos. Tardaron dos horas en controlar las llamas, según el reporte.
La directora del Instituto Nacional de Derechos Humanos, Lorena Fríes, luego de visitar a reclusos sobrevivientes, dijo que tanto Naciones Unidas como la Organización de los Estados Americanos "han manifestado sus reparos respecto a las condiciones carcelarias en Chile, específicamente respecto del hacinamiento".
FAMILIAR DE UNA DE LAS VÍCTIMAS
