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Del ISSSTE a Televisa

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BALANCE GENERAL

Como era previsible, las firmas participantes en una licitación convocada por el ISSSTE para operar y administrar una red privada de telecomunicaciones se inconformaron ante la Secretaría de la Función Pública por el fallo que le otorga el contrato a la firma Bestel, filial de Televisa.

La exposición de motivos señala que las bases del supuesto concurso se redactaron bajo requisitos técnicos sólo cumplibles por la empresa que se presentó bajo la razón social Operbes.

Traje, pues, a la medida de la ganadora.

De entrada, haga de cuenta que el organismo de seguridad social calcó la información de los catálogos de Cisco, el proveedor de la firma, lo que de entrada dejó fuera de la pelea a las empresas que a su vez se proveen con Avaya.

Y si le seguimos, se exigió a los tiradores una certificación de seguridad SA70, que sólo es viable para Bestel, o si lo prefiere Operbes.

Y para que no quedara duda de hacia quién apuntaba el dedazo, se solicitó una condición sólo cumplible por Bestel, consistente en que los usuarios de la red tuvieran posibilidades de disponer de correo electrónico con capacidad de almacenamiento de cinco megas.

Más aún, en un inaudito que hará historia, para no decir histeria, el convocante aceptó la modificación sobre la marcha de los requisitos técnicos de las bases de licitación, incorporando las observaciones de Bestel en una junta de aclaraciones.

Ninguna rendija, pues, para el resto de los competidores.

Colocadas, así las cartas marcadas en la mano de la filial de Televisa, hete aquí que el Comité de Adquisiciones del ISSSTE le levantó la mano como campeona en la oferta técnica presentada.

Las fanfarrias anunciaban que la firma cumplió al 100 por ciento los requisitos técnicos, en lo que parecería la coronación del cinismo.

Encuadrada, pues, la cámara en la estrella, ya que importa si su oferta económica resultó 26.14 por ciento mayor a la planteada por Teléfonos de México, a quien se descalificó técnicamente.

Estamos hablando de mil 661 contra dos mil 80 millones de pesos.

El contrato por tres años opera a partir del lunes pasado, es decir la firma tuvo dos días para operarlo... lo que indica que la escenografía, la tramoya, el guión, el iluminado y hasta el apuntador estaban listos antes de hacerse público el fallo, aún cuando éste fue aplazado por 24 horas, para simular que se estaban estudiando a fondo las ofertas.

La diferencia de precio entre la oferta de Telmex y la de Bestel se explica por que la primera había ganado hace tres años un contrato para operar una red idéntica, lo que implicaría que la inversión sería solo para ajustarla a las nuevas tecnologías.

El caso es que el ISSSTE exigía equipo nuevo.

El organismo, pues, tiró a la basura su inversión previa, por más que sus finanzas no están precisamente en bonanza.

La suspicacia apunta a que se trató de un regalito a Televisa con los atentos saludos del ex director general del organismo, Miguel Ángel Yunes, hoy candidato panista al gobierno de Veracruz.

De hecho, éste instrumentó la puesta en escena para garantizar el éxito total, al punto de marginar del proceso al subdirector de Sistemas, Othón Cabrera Hernández, dejándole la responsabilidad a su subordinado, Leonardo Aguilar Quintana, quien reportaba directamente a José Enrique Ampudía Mello, secretario Técnico del instituto y brazo derecho de Yunes.

Por lo pronto, la denuncia contra el ISSSTE ante la Función Pública exige analizar al detalle todas las irregularidades detectadas en base al artículo 76 de la Ley de Adquisiciones, incluída la negativa del organismo convocante a escuchar los reclamos de los participantes en el acto donde se plantearon las ofertas técnicas.

El ni-los-veo-ni-los-oigo fue atestiguado por representantes de la propia dependencia.

Contra viento y marea, pues, el contrato fue para Bestel.

La última y nos vamos de Yunes, quien por si las dudas pierde en Veracruz, ya dejó a un interino para regresar al cargo, al fin y al cabo en este país todo se vale.

En lo que apunta a una nueva política del Banco de México para reducir a simples catarritos las dolencias macroeconómicas, hete aquí que se maquillaron las cifras de ingreso de inversión extranjera al país durante el 2009, para evitar transparentar la grave atonía.

De acuerdo a los datos preliminares dados a conocer por el Instituto, durante el tercer trimestre del año se había contabilizado, por primera vez en décadas, un saldo negativo de 637 millones de dólares, es decir habían salido más billetes verdes de los que entraron.

Concretamente se hablaba de una salida de inversiones de mil 55 millones de pesos, producto de un pago de dividendos del banco BBVA/Bancomer a su matriz española por mil 224 millones.

El monto se había compensado a medias con reinversiones por 23 millones y cuentas con matrices por 344.

El caso es que de pronto el Banco de México revisó la cifra al alza, para agregar ahora un nuevo monto no contabilizado de dos mil 226 millones de pesos, lo que dejó el saldo en terreno positivo de dos mil 582 millones.

Según ello, pues, se le habían olvidado al instituto central mil 484 millones de nuevas inversiones; 583 de reinversiones, y 153 de cuentas con las matrices.

Se sospecha que la maniobra agotó todas las existencias de maquillaje en el país.

 

 MENOS APUESTAS Hablando de inversiones, ante los líos provocados por el pleito a muerte entre la Cofetel y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes que se reflejan en la cancelación de concesiones; en los titubeos para abrir un marco de convergencia plena y demás etcéteras, las relativas al sector de telecomunicaciones se fueron al sótano.

La baja a nivel de sector refleja un promedio de 24.3 por ciento respecto al año previo.

Ahora que desmenuzados los rubros la situación, de acuerdo a cifras oficiales de la Cofetel, se vuelve más dramática.

En el caso de la televisión restringida, por ejemplo, el declive es de 62 por ciento respecto al año anterior. Sin embargo, si se constriñe la medición a la televisión por cable, la caída aumenta a 68 por ciento.

El capítulo menos golpeado es el de telefonía fija, con una reducción de 4.7 por ciento, la menor de la industria, mientras en telefonía móvil la reducción llegó a 16.2 por ciento.

De acuerdo a los reportes financieros de los concesionarios, al cierre del año pasado había 102 millones 790 mil líneas telefónicas, de las cuales 83 millones 128 mil correspondían a móviles y 19 millones 664 mil a fijas.

El mayor operador en ambos renglones es Telcel, con 59 millones 167 mil, seguido de la Telefónica México, con 17 mil 901, y Telmex con 17 millones 882 mil.

El pastel, pues, tiene una rebanada de 57.6 para Telcel; otra de 16.7 para Telefónica, y Telmex tendría el 15.5.

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