Recuerdo. Monumento al general Lázaro Cárdenas del Río, ubicado por la carretera Torreón-San Pedro, a la altura del poblado 20 de Noviembre, del municipio de San Pedro.
Han pasado 74 años desde el Reparto Agrario, realizado por el entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río. Hoy, de este acontecimiento sólo queda el recuerdo.
Pablo Amaya, cronista de Gómez Palacio, afirma que la huelga de la Hacienda de Manila, de este municipio, el 11 de junio de 1935, que duró 4 meses, fue una de los principales factores que trajo como consecuencia el Decreto Presidencial del 6 de octubre de 1936, emitido en la Ciudad de México. Los documentos oficiales se entregaron a los Primordiales del 36 en la Hacienda de Los Ángeles, cercana a Gregorio García, Durango, el 17 de octubre de 1936 y luego en la Hacienda de Venecia, Sacramento (hoy Gregorio García) y Rinconada, y luego se extendió a otros lugares, dice el cronista.
EL MODELO Durante el sexenio de Lázaro Cárdenas fueron repartidas 18 millones de hectáreas a las comunidades y ejidos. De esta manera, aumentó a 25 millones de hectáreas la cantidad de tierras en el sector social, es decir, las parcelas que estaban fuera del régimen de propiedad privada.
Además de la repartición de tierras y el financiamiento monetario, la reforma agraria de Cárdenas incluía el establecimiento de un sistema educativo que permitiera la formación de profesionistas técnicos que ayudaran al desarrollo de los ejidos. Por ello, asociados a los núcleos ejidales, se crearon escuelas donde los niños y jóvenes debían adquirir conocimientos sobre agricultura, ganadería y aquellas otras actividades específicas que permitiera el medio ecológico.
EL FRACASO
Se estima que en la actualidad sólo el 20 por ciento de la tierra cultivable está en manos de los campesinos, pues la gran mayoría ya lo absorbió la mancha urbana o pasó a manos de los productores del sector privado.
Luis López, dirigente de la Central Campesina Cardenista, asegura que las dependencias federales "hacen todo lo posible por acabar con la producción social en el campo, pues los pocos apoyos los dan muy atrasados, los créditos a cuentagotas y cada vez hay más trabas para otorgarlos".
Como no tienen dinero, los pocos productores sociales no pueden tener acceso, por ejemplo, a los apoyos para tecnificación de los procesos de riego y otros más que sí son aprovechados por los productores del sector privado, que poco a poco se han adueñado de las tierras y los pozos agrícolas, asegura López Álvarez.
El objeto del reparto agrario lanzado durante el gobierno de Cárdenas buscaba no sólo la satisfacción de una demanda popular plasmada en la Constitución de 1917, sino la formación de pequeñas unidades productivas, con capacidad de autosuficiencia alimentaria.
En la actualidad, coinciden los líderes de organizaciones campesinas, el ejido está por desaparecer como medio de producción, pues la mayoría de las tierras, los derechos de agua y los pozos agrícolas -que muchos de ellos ni medidor tienen para controlar la extracción-, han pasado a los productores privados.
Para el cronista Pablo Amaya, "el Reparto Agrario de 1936, aunque varios mencionan que fue un fracaso, sigue representando la unidad familiar de los campesinos".