El Gobierno mexicano exigió ayer la cabal aplicación de la Ley y de sanciones a quienes pudiesen resultar responsables en la muerte del mexicano Anastasio Hernández, cuyo deceso fue declarado un homicidio por el forense de San Diego.
El forense del condado de San Diego dictaminó que la muerte de Hernández, golpeado por agentes fronterizos cuando era repatriado a México tras ingresar sin documentos a Estados Unidos, fue un homicidio que resultó en una encefalopatía e infarto al miocardio.
Un testigo de los hechos ocurridos el viernes pasado en la garita de San Ysidro, California, indicó que en la golpiza participaron alrededor de 10 agentes de distintas corporaciones que le aplicaron "cuatro descargas eléctricas" para someterlo.
Ayer, Carlos Pascual, embajador de EU en México, y John T. Morton, subsecretario del departamento de seguridad interna de inmigración y aduanas norteamericano, expresaron su preocupación por el caso y dieron las condolencias a la familia del mexicano.