El problema de la pederastia debe ser un llamado de atención a la sociedad, pues es muy difícil mantenerse casto y célibe cuando hay tantas situaciones en sentido contrario, consideró el obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel.
En conferencia de prensa en el marco de la 89 Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), señaló que hay expertos que ligan más el fenómeno de la pederastia con la homosexualidad, aunque aclaró que ésta no es una postura oficial de la iglesia.
Indicó que las opiniones de expertos se pueden discutir y que la Iglesia Católica oye a los especialistas de las distintas ciencias y da su palabra al respecto.
Sin embargo, cuando hay un libertinaje sexual generalizado es común que pueda haber casos de pederastia, no sólo clerical sino 'lamentablemente y en muchos casos en la propia familia, en las escuelas y en otros ambientes en ese caso'.
Arizmendi Esquivel opinó que 'no se debe culpar a la sociedad ni quitar las culpas que podamos tener, sino reconocer que la liberalidad sexual que ha habido en el mundo en general sí ha disminuido las fuerzas morales con las que se educa a los jóvenes'.
En este sentido expresó que con tanta invasión de erotismo no es fácil mantenerse quieto con el celibato, como con el respeto a los niños.
Esta generalización de erotismo o sexualidad exige dar más importancia a la población, por lo que la CEM determinó efectuar una asamblea especial referente a la formación de los sacerdotes, la cual se llevará a cabo en abril del año próximo, expuso.
El secretario general de la CEM, Víctor René Rodríguez Gómez, refirió que la responsabilidad debe ser de todos, de las víctimas para presentar las denuncias y las pruebas de su dicho y de la autoridad para hacer justicia, a lo que la iglesia no se opondrá.
A su vez José Trinidad González Rodríguez, obispo auxiliar de Guadalajara, denunció que los sacerdotes que viven en la sierra o en áreas castigadas por la violencia e inseguridad han sido víctimas de agresiones, violencia y extorsiones.
Este hecho 'es un clamor constante de nuestros sacerdotes que piden consejo y orientación y en muchas ocasiones, como obispos, nos hemos visto en la necesidad de sacarlos de ese ambiente'.
En muchas diócesis los delincuentes 'piden cooperación para brindarles seguridad' a los párrocos, lo que es una extorsión y una forma de amenazarlos.
Además se han presentado casos de intento de secuestro rápido para que les den cinco o 10 mil pesos, lo que significa el monto de recursos que juntaron durante toda la semana, y las autoridades correspondientes han dicho que los sacerdotes cuentan con todo su apoyo.