Anomalías. Pacientes no reciben tratamiento ni rehabilitación.
En su adolescencia, él estaba atado a una silla de ruedas, ella tenía su cuerpo amarrado con vendas. Una década después, los ahora jóvenes permanecen inmovilizados por sus discapacidades mentales en instituciones psiquiátricas gubernamentales.
Éric Rosenthal, director ejecutivo de la organización civil Disability Rights International, dijo que el joven está en el Centro de Atención Integral de Salud Mental de Estancia Prolongado (Caisame) de Guadalajara, que pertenece a la Secretaría de Salud de Jalisco.
A diferencia de 1999, dijo, ahora está con todo el cuerpo atado sobre una colchoneta en el suelo.
La mujer, en tanto, está amarrada a una silla de ruedas en el Hospital Psiquiátrico José Sayago, en Acolman, Estado de México, que depende del Gobierno de esa entidad.
Hace una década, afirmó, se encontraba en el Hospital Psiquiátrico Fernando Orcanza, en Hidalgo, que cerró en 2000 por las condiciones inhumanas en que tenía a sus pacientes y se construyeron en su lugar las "Villas Hidalgo", que albergan a pacientes bajo un nuevo esquema.
"El personal de los hospitales -afirmó- que si les quitan las ataduras se van a seguir golpeando, pero eso no es una tratamiento adecuado, ellos necesitan amor, interacción social. No puedo imaginar algo más horrible que estar atado por 10 años, pienso que es la peor experiencia que alguien pueda tener", señaló en entrevista.
Los dos casos están documentados en el informe Abandonados y Desaparecidos, Segregación y Abuso de Niños y Adultos con Discapacidad en México, realizado por Disability Rights y la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de Derechos Humanos.
La investigación está basada en visitas que se realizaron en 2009 y 2010 a 21 hospitales y albergues donde tienen personas con discapacidad física y mental en el Distrito Federal, Estado de México, Jalisco, Oaxaca, Puebla y Veracruz.
Hace 10 años, la organización estadounidense realizó una investigación similar y de acuerdo con Rosenthal la situación de maltrato, abandono y precariedad persiste. "Estoy indignado, es trágico que los problemas no han sido arreglados, las condiciones no han mejorado y la personas no han tenido una oportunidad de dejar las instituciones y vivir una vida en la comunidad", aseguró durante la presentación del reporte.
De acuerdo con el informe, en algunos hospitales se practican lobotomías sin consentimiento de las personas y se administran medicamentos psicotrópicos.
En casi todos los organismos, los pacientes no reciben tratamiento ni rehabilitación, por lo que se utilizan las ataduras y las medicinas como única opción.
El reporte advierte que los niños con discapacidad internos en albergues están en riesgo de ser objeto de tráfico de personas y explotación laboral, ya que el DIF no lleva control del número de menores que tienen. Esta situación de riesgo, dijo Rosenthal, sólo la han visto en México.
"Podemos hacer visitas sorpresa, pero no tengo personal, entonces nos tenemos que creer lo que nos dicen que pasa", relata una autoridad del DIF. El informe describe que en instalaciones visitadas hay adultos semidesnudos deambulando en patios abiertos, defecando en los campos y sin contar con asistencia o reorientación del personal.
También detalla que los baños están abiertos y expuestos, que a las personas se les baña en grupos, y que se les cambia de ropa a plena vista de los pacientes.
"El Hospital de Salud Mental Dr. Víctor M. Concha Vázquez (en Veracruz) es una cárcel convertida en hospital siquiátrico, en la que los pacientes permaneces tras las rejas en pequeñas celdas", ejemplifica.
De acuerdo con Rosenthal, denunció que no existen estadísticas claras y concretas de cuántas personas con discapacidad mental hay internas en instituciones. "Les preguntamos (al Gobierno Federal) y no obtuvimos respuesta", dijo.
21
HOSPITALES
Fueron investigados de 2009 a 2010.