"Yo no estaría aquí, apoyando la marcha, si Pedro no hubiera sido un buen primo. Te extraño Pedro, te quiero mucho"...
Un rapto, una familia dolida, amigos asustados, conocidos molestos. El caso de Pedro Sánchez Salazar ha conmovido a Durango de una manera que recuerda el penoso caso de Lorena Lira, hace algunos años.
El desarrollo del asunto ha traído la balanza de un lado a otro sin que, a decir de los familiares del joven, se equilibre en el centro de la justicia.
Por eso marcharon. Por eso tomaron la Avenida 20 de Noviembre y gritaron una y otra vez "¡Queremos justicia!" y "Te queremos, Pedro, te queremos".
Al salir de la misa de una del Templo del Sagrado Corazón ya se veían varias playeras blancas merodeando el Jardín de San Antonio. La gente inició la retirada de una ceremonia en honor a Pedro e inmediatamente se coordinó con palabras silenciosas para iniciar una caminata pacífica con la que exigirían justicia a las autoridades.
Las pancartas rezaban "Estamos contigo Pedro", "No te hemos olvidado" y otras frases que causaban escalofríos y ganas de llorar; algunas otras iban en contra de los presuntos responsables del caso y entonces el gesto se transformaba en reprobación, en molestia, en ira.
MARCHA PACÍFICA
Iniciaron cuando las nubes todavía escondían al sol en el cielo. La cabeza de la procesión era una camioneta con un sonido en la que un joven fue explayando las molestias sobre el seguimiento que se le ha dado al caso de Pedro.
Los jóvenes, los adultos, los ancianos, los niños, se tapaban el sol con una mano o se arrimaban a quien hizo bien en llevar sombrilla pero no dejaban de mirar el frente, platicar entre ellos y externar una postura sobre la pérdida del joven.
La avenida principal de la ciudad se detuvo, pero sin molestias. No hubo cláxones que presionaran a los caminantes, a diferencia de otras marchas. En el trayecto se fueron uniendo más personas hasta llegar a Catedral donde los allegados al joven expresaron su pena por Pedro y, a su vez, su reprobación a las autoridades en cuanto al juicio que se ha estado llevando a cabo.
Un aplauso cerró el encuentro, pero algunos todavía se quedaron deteniendo unas mantas en las que estaban los rostros de los culpables, otra más con una foto enorme de Pedro y las demás pancartas mencionadas anteriormente.
"Nos despedimos por hoy", dijo el joven del micrófono, "pero si esto no se resuelve tomaremos otras medidas, volveremos a marchar y hablaremos hasta ser escuchados", dijo.
