Jesús Ramírez, técnico del América, afirmó que la eliminación del equipo de la liguilla del Bicentenario 2010 se debió al problema eterno que les ha perjudicado durante el torneo: el no concretar ahora frente al Toluca, que echó a los capitalinos por marcador global de 4-2.
El mismo tono gris de su traje, pero las ilusiones destrozadas. Ahí, en la diminuta zona técnica del estadio Nemesio Díez, Jesús Ramírez parecía no haber variado en relación al hombre que tomó las riendas del América hace casi 15 meses. Falso.
El de ayer se desgañitó en pos de levantar a un equipo al que no le alcanzaron las ganas, no frente al Toluca, que volvió a meterse a las semifinales.
El 2-0 (4-2 global) fue un sólido mazazo para lo mostrado por los cremas durante los 180 minutos.
La falta de contundencia a la hora cero mató a las Águilas, cuyo entrenador admitió desconocer su futuro, discurso completamente distinto al que solía expresar aún en los instantes álgidos.
“Debemos hablarlo con la directiva”, apuntó el estratega. “Hay que reunirse con ellos para hacer un análisis, y eso ya no me corresponde”.
Se las ingenió para clasificar a la Liguilla sin un goleador consumado, pero eso no suele alcanzar para una institución en la que sólo importan los títulos.
Todavía no hay una postura oficial por parte de la directiva, pero nombres como los de Hugo Sánchez y Víctor Manuel Vucetich comienzan a manejarse como posibles sustitutos.
Todo se definirá, hasta el futuro de algunos directivos, en unas semanas.
La ausencia de un depredador del área pesó hasta el final. Ángel Reyna y Alonso Sandoval tuvieron la oportunidad de cambiar la eliminatoria. Aquel inoportuno tropezón y el travesaño lo impidieron. “Chucho” apenas atinó a llevarse las manos a la cara.
Las bajas de Pável Pardo y Óscar Rojas resultaron dolorosas. Juan Carlos Silva y Guillermo Cerda se esforzaron para suplirlos, pero carecieron de ese extra que da el bagaje.
El gol de Antonio Naelson (29’) lo comprobó. Mientras las Águilas reclamaban a Francisco Chacón la falta señalada, Martín Romagnoli se adelantó y filtró el balón a Sinha. El talento del genio escarlata hizo el resto.
Fue entonces cuando el América perdió la confianza adquirida durante casi media hora. La presión traicionó a los capitalinos, quienes se fueron desordenando conforme avanzó el reloj.
“Evidentemente, no estoy tranquilo. Queríamos estar en la final, ganar el campeonato”, lamentó “Chucho”. “Estoy muy molesto por cómo nos vamos, porque prácticamente salimos de nada”.
Sobre todo en el complemento. Las modificaciones sirvieron de poco. El equipo empujó, pero sin idea, lo que Manuel Pérez aprovechó para desatar la fiesta mexiquense (89’).
La muestra de habilidad del “Tripa” pareció sorprender hasta a José Manuel de la Torre, quien celebró en el encierro de un palco.
“El Chepo” sufrió igual que su rival de estrategia, quien tuvo que echar mano de hombres que no estuvieron en sus mejores condiciones físicas. Futbolistas como Fernando López, Adolfo Rosinei y Jean Beausejour, jugaron pese a tener malestar estomacal. Una bacteria en los alimentos que comieron en Avándaro generó el caos.
Un problema más para el hombre que arribó al banquillo americanista lleno de sueños... Los cuales se han roto.