En las calles, donde el olor a muerte cada vez es mayor, una sola pregunta se hacen los sobrevivientes del terremoto del pasado martes: ¿cuándo llegará la ayuda?
Debido al caos y la falta de infraestrucura de Haití, la ayuda internacional permanece varada en el aeropuerto de Puerto Príncipe.
Los sobrevivientes de la tragedia saben que la comunidad internacional no los ha dejado solos, que han enviado víveres y han depositado dinero, sin embargo en las calles donde los muertos comparten espacio con los vivos, la ayuda no se ve, no ha llegado a los damnificados.
El pequeño aeropuerto de Puerto Príncipe sólo tiene una pista y no es suficiente para atender las peticiones de aterrizaje de aviones de todas partes del mundo.
Además no hay capacidad para desembarcar ni los equipos ni las toneladas de ayuda humanitaria que van llegando de todo el mundo. Por eso la desesperación y la ira comienza a aparecer en los damnificados.
El tiempo se agota para las personas sepultadas bajo los escombros. Los sobrevivientes no tienen ni agua ni comida ni medicinas.
Las afectaciones en carreteras y caminos dificultan la llegada de los equipos de rescate, los cuales no han podido llegar ni siquiera a los lugares más céntricos, como las inmediaciones del Palacio Presidencial.
Ante el desolador panorama de edificios en ruinas y cuerpos en las calles, el presidente de Haití, René Preval, comparó el temblor con un bombardeo en una guerra.
"El daño que he visto se puede comparar con el daño que se puede ver si el país hubiera sido bombardeado por 15 días. Se parece a una guerra", dijo el líder de 66 años afuera de la estación de Policía que se ha convertido en su casa y oficina.
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