En la chamba. El chofer Antonio Amador Castro veía el juego a bordo de su taxi.
Minutos antes de la 1:30 de la tarde, comerciantes de un conocido centro comercial de la ciudad, se preparaban para no perder detalle del partido contra Francia. Para ello, improvisaron una parte de la pared como pantalla en donde un cañón proyectaría el juego.
Lo disfrutan
La idea, según comentó Rosario Macías, empleada del lugar, es que la clientela disfrutara del partido mientras realizaba sus compras.
La hora indica llegó. Por un momento las actividades en los alrededores se paralizaron, incluso al interior de la Presidencia. El árbitro da el silbatazo inicial y la adrenalina comienza a correr en los espectadores. Empleados, clientela, hasta los choferes de taxis de la avenida Allende, se acercaron a la "pantalla".
Ante las llegadas de gol, los aficionados y los no aficionados gritaban desesperanzados. Así terminó el primer tiempo, más no la ilusión de ganar.
En uno de los negocios dedicados a la venta de ropa de la avenida Madero, se encontraba Verónica, quien a diferencia de los empleados del centro comercial, ella siguió la transmisión desde su grabadora. "Para mí es más emocionante porque me imagino las jugadas".
El segundo tiempo inicia. Los espectadores se muerden las uñas. En el minuto 18 cae el primer gol y los gritos se escuchan por todos lados. La gente se abraza, grita y salta de emoción. La tranquilidad llega. Así pasaron menos de 20 minutos hasta que cayó el segundo gol de México, la emoción es aún más fuerte porque el encuentro ya se había ganado contra los franceses.