"Palabra cumplida es palabra
Cumplida, sin adjetivos."
César Nava
O hay duda que la decisión del presidente Calderón de adelantar la eliminación de la tenencia vehicular es una medida electorera. Si bien ya había una disposición para desaparecer el cobro federal a partir del 2012, el presidente quiso dar un golpe político a unos días de los comicios del 4 de julio para los que las encuestas prevén triunfos generalizados del PRI.
Más que la maniobra electorera, sin embargo, inquieta el hecho que la medida representa una mala política fiscal y ambiental. En lugar de avanzar en la construcción de un sistema fiscal más sencillo, justo y eficaz, así como más protector de la ecología, seguimos retrocediendo en todos los frentes.
La supuesta eliminación de la tenencia, por supuesto, no es tal. No está desapareciendo el impuesto sino que se busca obligar a los distribuidores de vehículos a pagarla para después compensarla contra su Impuesto sobre la Renta. La medida, por otra parte, sólo se aplicará a los vehículos nuevos con un costo menor a 250 mil pesos. Si queríamos complicar un ya laberíntico e ineficiente sistema fiscal, el presidente Calderón ha encontrado la manera.
La disposición busca reactivar las ventas de vehículos nuevos en el país. No parece ser el procedimiento más sensato para ello: mejor sería quitar el impuesto sobre automóviles nuevos (ISAN). Pero además el Gobierno está una vez más impulsando el uso del vehículo particular y generando un aumento en la emisión de contaminantes a la atmósfera, a pesar de las promesas en contrario y de que seremos la próxima sede de la COP, la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Entiendo que todo impuesto es molesto, sobre todo cuando los cobra un Gobierno que desperdicia enormes recursos por displicencia o corrupción. Por eso el candidato Calderón prometió quitar la tenencia y bajar el Impuesto sobre la Renta durante su campaña presidencial de 2006. Pero debido a que subió el ISR, y a que la tenencia ha adquirido un valor político relevante al empezar a ser eliminado por gobiernos estatales priistas, el presidente ha decidido dar este golpe antes de las elecciones del 4 de julio.
Sin embargo, pagar los costos de infraestructura que requieren los vehículos de motor a través de impuestos generales, como el ISR o el IVA, es muy injusto. México tiene 138 automóviles por cada 1,000 habitantes (Nationmaster.com) los cuales están en manos del 10 al 12 por ciento más rico de la población. La tenencia es un impuesto ineficiente, pero cuando menos cumple con la función de que sean los propietarios de vehículos los que cubran el costo de la infraestructura que necesitan. Abolirla sin un sustituto obliga a compensar el ingreso perdido con recursos fiscales generales, lo cual hace que los pobres paguen los gastos de los ricos.
La solución radica en el reemplazo de la tenencia por un impuesto a la gasolina. Así lo hacen Europa, Estados Unidos y Canadá. El impuesto sobre la gasolina es mucho más fácil de cobrar que la tenencia; pero también es más justo y ecológico: grava más a quienes más combustible queman y promueve una migración natural de los consumidores a autos más eficientes.
Desafortunadamente nuestros políticos están tan interesados en las ganancias electorales inmediatas que poco o nada se interesan por el bienestar de la sociedad en el largo plazo. En lugar de construir un sistema fiscal más sencillo, justo y eficiente, están empeñados en seguir complicando el que tenemos para volverlo más inequitativo e ineficaz.
ARGENTINOS
Por supuesto que el primer gol se marcó en fuera de lugar, pero el equipo argentino fue superior al mexicano. De hecho, Argentina tiene quizá la mejor escuadra de su historia, superior a las de los campeones mundiales de 1978 y 1986. De nada sirve ponerle doble marcaje a Messi si Higuaín y Tévez quedan libres. Es tan bueno el actual equipo albiceleste que ni siquiera Maradona ha podido hacerle daño.