El procurador del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, aceptó que sintió temor al negociar con los ladrones que tomaron rehenes durante el intento de robo en una casa de empeños en Cuautepec, Gustavo A. Madero.
A pregunta expresa del conductor de Primero Noticias, Carlos Loret, sobre si sintió miedo el funcionario respondió: "yo creo que sí, no te puedo decir que no tuve miedo es una situación de mucha adrenalina, de mucha tensión. Yo sólo quería poder preservar la vida de las víctimas".
Mancera explicó la estrategia que la policía capitalina siguió y las negociaciones con los delincuentes. El funcionario dijo que uno de éstos le refirió "yo sé que me van a seguir, pero tienes que darme unos minutos (porque) si veo que me empiezan a seguir de inmediato los voy a matar".
"Por eso nos quedamos quietos hasta que dejamos de verlos. La estrategia era seguirlos con el cóndor (el helicóptero de la policía capitalina), les dimos una patrulla para seguirlos más fácil y no un carro civil porque se puede confundir en cualquier esquina", señaló.
El procurador capitalino, sorprendido, mencionó que el espejo con que se realizó la negociación estaba afuera de la casa de empeño Montepío Diamante, ubicada en la calle Luis Espinoza, manzana 8, lote 24, colonia Solidaridad Nacional, que no se lo dieron policías.
Finalmente, Mancera explicó que uno de los detenidos tenía tatuada una lágrima junto al ojo, lo que supuestamente significa en el argot carcelario que esa personas ya ha asesinado a alguien más.