La Policía detuvo en Moscú y otras ciudades a más de mil personas para evitar más choques entre aficionados de futbol racistas y miembros de las minorías étnicas, en especial musulmanas, luego de los disturbios que dejaron decenas de heridos el fin de semana.
Cientos de agentes antidisturbios metieron en furgonetas policiales a hombres jóvenes y adolescentes que gritaban lemas racistas y hacían el saludo fascista, con la mano derecha levantada, afuera de la estación de tren de Kievsky. Los policías cachearon a algunos contra el costado de autobuses y también confiscaron cuchillos, barras de hierro y pistolas eléctricas, dijo el vocero policial Viktor Biryukov.
En San Petersburgo, la Policía arrestó a unos 60 manifestantes. En las ciudades sureñas de Krasnodar y Rostov del Don, que tienen importantes poblaciones de minorías no eslavas y han sido escenario de choques étnicos, los agentes antimotines evitaron que hubiera disturbios, dijeron las autoridades.
Muchos rusos de etnia eslava han mostrado un creciente rencor por la llegada a Moscú y otras ciudades de cada vez más migrantes de las regiones del sur del Cáucaso, muchos de ellos musulmanes. Otras minorías, como las provenientes de regiones que fueron parte de la Unión Soviética -como el centro de Asia, Armenia y Azerbaiyán-, también sufren discriminación racial y suelen ser víctimas de crímenes de intolerancia.