Diez laguneros que contribuyen a la diversa actividad creativa de hoy, nos entregan una visión reveladora en sendos autorretratos y palabras.
La historia de La Laguna es impensable sin la fotografía: el registro de su nacimiento, su traza y los eventos fundamentales. Hechos trágicos, grandes celebraciones y la insoslayable vida diaria. Su existencia ha quedado captada en los diarios, los archivos oficiales y los álbumes familiares, gracias a imágenes que duermen en los anaqueles, que se exhiben orgullosas en las salas de algún museo o galería, o en la estancia familiar.
No obstante su pertinaz presencia y evocación, un buen número de sus autores permanece en el silencio del anonimato.
Diez laguneros que contribuyen a la diversa actividad creativa de hoy, nos entregan una visión reveladora en sendos autorretratos y palabras. De esta forma queda inscrita una semblanza de su labor y la percepción imaginaria de sí mismos.
HÉCTOR MORENO. Huellas y memoria. Héctor inició paralelamente su peregrinaje por el mundo terreno y el fotográfico. Durante 12 años viajó por los cinco continentes, recorriendo lugares lejanos y exóticos.
JESÚS FLORES. Profundidades urbanas. Jesús aborda la ciudad a través de su lente y devela parajes olvidados, ignorados, despreciados por la mayoría.
CARLOS MAQUEDA. Una nueva generación. El oficio de su padre fue un acicate para hacer de la fotografía su profesión.
ALFREDO ESPARZA. La crisis de lo real. De párvula afición por la foto, se considera autodidacta en este terreno, al que ingresó en 1999.
ARMANDO MARÍN. La acción hecha imagen. La obra de Armando se caracteriza por una obstinada determinación de captar la acción. Es un acabado ejemplo de las posibilidades de la fotografía deportiva y de los espectáculos.
FRANCISCO AGUIRRE. La fuerza de lo cotidiano. Precedido por la afición de su padre hacia la fotografía, Francisco comenzó en esta disciplina al estudiar en la Escuela de Artes Visuales de Nuevo León. Una imagen de la vida cotidiana le abrió el pasó al reconocimiento internacional.
FLAVIO BECERRA. La desnudez del cuerpo y del desierto. Alumno de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado ‘La Esmeralda’ de la Ciudad de México y caricaturista, Flavio cursó la carrera de Diseño Gráfico en una universidad lagunera.
RAMÓN SOTOMAYOR. La memoria deportiva. A los 13 años, Ramón arrancó una carrera que ya llega a los 40 y que resume la tradición periodística de su familia.
MELCHOR CADENA. La imagen industrial. La fotografía es la materia prima de la empresa 4G, encabezada por Melchor. Por sus altos estándares en todo el proceso de elaboración de imágenes, desde el momento de su fundación ha marcado el rumbo en el campo de la publicidad.
ARMANDO MONSIVÁIS. La residencia de un nómada. Monsiváis es un autodidacta que viaja de la caricatura a la fotografía con espíritu transeúnte. Lagunero de mil tolvaneras, es por igual un cartógrafo de otras tantas constelaciones desérticas.
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