El primer ministro italiano insistió el martes que terminará su mandato a pesar de nuevos pedidos de la oposición para que haya elecciones anticipadas tras revelarse que Silvio Berlusconi intervino para que una adolescente fugitiva, apodada Ruby, evitara una posible pena en la cárcel.
Berlusconi volvió a defender su estilo de vida y su afición por las mujeres jóvenes, diciendo: "Es mejor sentir pasión por una muchacha hermosa que por un gay".
Sus declaraciones provocaron la condena inmediata del grupo defensor de los derechos homosexuales Arcigay, que exigió una disculpa por ofender tanto a las mujeres como a los gays.
Los políticos de oposición pidieron que Berlusconi renuncie, alegando que abusó de su cargo al hacerle una llamada a la policía en mayo, cuando Ruby, entonces de 17 años, fue detenida por un supuesto robo.
Los periódicos han informado que Berlusconi le dijo a los policías que un funcionario local de su partido se haría cargo de la menor de edad, nativa de Marruecos y quien supuestamente visitó la villa de Berlusconi en Milán al menos en una ocasión.
Incluso los comentaristas de centroderecha en los periódicos de propiedad de la familia de Berlusconi lo criticaron por intervenir en una posible causa penal. Un ex aliado de Berlusconi, Gianfranco Fini, dijo que sus bufonadas han avergonzado al país.
Berlusconi aseguró a partidarios que su gobierno todavía tiene mayoría y que gobernará durante los tres años restantes de su mandato, de cinco años. Dijo que la idea de elecciones anticipadas sería un desastre para un país que sale de la crisis económica.
Los votantes italianos, dijo, "tendrían el derecho a decir '¿Cómo es posible esto? Lo elegimos hace dos años y le dimos la mayoría para gobernar y en lugar de gobernar usted está aquí peleando".
Berlusconi calificó al escándalo de Ruby de una "tormenta de papel" montada por periódicos hostiles y engañosos y de nuevo defendió su decisión de intervenir en el caso de la mujer.
En mayo, Ruby fue detenida por la Policía de Milán por un presunto robo, pero se le permitió salir en libertad después que Berlusconi llamó a la Policía y dispuso que una funcionaria del partido, Nicole Minetti, otrora corista e higienista dental de Berlusconi, se hiciera cargo de la custodia de ella.