El presidente de la CEM, monseñor Carlos Aguilera señaló que México vive una enfermedad crónica que reclama acciones genuinas de salud pública.
Tras admitir el creciente clima de violencia que prevalece en el país, el presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM), monseñor Carlos Aguilera señaló que México vive una enfermedad crónica que reclama acciones genuinas de salud pública.
El presidente de la CEM consideró que ante ese clima de violencia, generado por la guerra entre los cárteles de la droga y el crimen organizado sumado a sus enfrentamientos con las fuerzas del orden, es imperiosa la presencia de las fuerzas armadas en las calles, pero, advirtió, esa presencia del Ejército Mexicano en las calles no resolverá la violencia.
Monseñor Carlos Aguilera se encuentra en esta ciudad, donde acudió, acompañado del nuncio apostólico Christophe Pierre, al nombramiento de monseñor Óscar Armando Campos Contreras, como noveno obispo de la diócesis del Istmo de Tehuantepec, al sur de Oaxaca.
Condena pederastia
Previo a la ceremonia donde monseñor Óscar Armando Campos ofreció el juramento de fidelidad en la Catedral de la diócesis, el nuncio apostólico condenó en conferencia de prensa la pederastia.
En la conferencia de prensa, el presidente de la CEM señaló que el papel de la iglesia no es condenar o decir si la lucha contra la violencia y el narcotráfico por parte del gobierno mexicano, fracasó, aunque, dijo, es una lucha muy difícil.
Durante su primer mensaje público, minutos antes de rendir protesta como noveno obispo de Tehuantepec, una región poblada por indígenas zapotecas, mixes, chontales, huaves, zoques y chatinos, monseñor Óscar Campos Contreras pidió a los dirigentes de los partidos políticos que en el actual proceso electoral local, le hablen al pueblo con la verdad.
“La honestidad es necesaria porque para desarrollarse Oaxaca necesita paz y justicia siempre en el diálogo. El pueblo de Oaxaca espera de los partidos políticos sus propuestas, no las descalificaciones que confrontan”, expresó.