El Gobierno estadounidense dijo hoy que las tropas adicionales que se desplegarán en la frontera de México lucharán contra la delincuencia, el narcotráfico y el tráfico de armas y personas, no contra la inmigración.
"Tenemos responsabilidades en nuestro país, tanto en términos de la demanda de estupefacientes y en el flujo de armas desde nuestro país hacia México, que ayudan a alimentar la violencia contra la que lucha México", dijo el portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley.
"No se trata de inmigración", dijo el portavoz en su rueda de prensa diaria, en la que aclaró que el envío de tropas forma parte del compromiso de Estados Unidos en la lucha contra la delincuencia en la frontera.
Crowley sostuvo que el anuncio del presidente Barack Obama de enviar mil 200 soldados adicionales en la frontera con México no generará nuevas tensiones con el Gobierno de Felipe Calderón, que visitó la Casa Blanca la semana pasada.
"No, en absoluto. Obviamente, cuando el presidente Obama y el presidente Calderón se reunieron recientemente, se comprometieron a hacer todo lo posible en ambos lados de la frontera para frenar el flujo de personas y mercancías peligrosas, drogas, armas y personas", señaló.
"Ya hemos explicado el anuncio del presidente al Gobierno de México. Y son plenamente conscientes de las razones detrás de él", indicó Crowley.
El portavoz rechazó que se trate de una cesión del Gobierno a la presión de la oposición republicana, porque "no es la primera vez que Estados Unidos ha llevado la Guardia Nacional a la frontera".
La razón, explicó, es establecer una mayor presencia en la frontera con México y emplear mejor los recursos "para interceptardirectamente el flujo de drogas ilegales".
Asegurar la frontera, dijo, es "parte de nuestra estrategia a largo plazo".