EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Difícil quehacer, la cultura

Las laguneras opinan

LUCRECIA MARTÍNEZ

Construir puede tomar hasta siglos, como las grandes catedrales o las grandes ciudades y lo mismo se refiere a instituciones, proyectos, obras de infraestructura y para destruir pueden ser desde unos cuantos años, como es el caso de malos gobiernos, hasta minutos como es el caso de un terremoto o cualquier desastre natural.

Esto lo refiero a un nivel mucho más modesto a nuestros pequeños logros culturales porque aunque en los últimos quince años se han incrementado de manera importante, siguen siendo pequeños. Pero aun siendo así, si los sostenemos, éstos pueden ir creciendo y mejorando, Roma no se hizo en un día, pero esto sólo se logra dándole continuidad a las instituciones culturales que sosteniéndolas y defendiéndolas a capa y espada, sólo así se crea escuela con el paso de los años, la formación de cuadros en las disciplinas de literatura, historia, música, artes pláticas, teatro, danza, toma años en dar frutos. Y aun así, tal vez no logremos ver una nueva Enriqueta Ochoa o una nueva Pilar Rioja.

La cultura siempre ha sido quehacer del Estado, no de la sociedad, porque al no ser espectáculo, no reditúa dividendos, las ganancias son intangibles, no contables en pesos y centavos, reditúa en mejor calidad de vida y opciones de realización al alcance de todos los que tengan un talento, siempre que sea el Gobierno el promotor, que esté convencido que a mayor cultura mejor nivel de vida, la cultura, valga la redundancia, es lo único que trasciende, tan es así que las obras teatrales, los tratados de historia, la filosofía, la escultura, por señalar algunas, de la Grecia antigua, han sobrevivido más de dos mil años, y las pinturas rupestres millones, por algo será, el hombre tiene que expresarse porque precisamente es hombre, su capacidad de crear es lo que lo hace la obra máxima de la naturaleza, pero, el hombre tiene que inducirse, enseñarse y el Estado establecer los mecanismos mediante los cuales tenga acceso y pueda realizarse.

Es por eso que es importante que dicho quehacer tenga una planeación a largo plazo, independientemente de los cambios políticos que se den en la administración pública y escoger los mejores elementos para que se dediquen a ello con la tranquilidad que da la seguridad de la posición, ¿usted cree que las Orquestas Juveniles de Venezuela que tienen cincuenta años hubiesen sido posible si Abreu no hubiese estado al frente de ese proyecto toda su vida? Y ha pasado por todo tipo de ideologías, auges y crisis económicas, ¿por qué sobrevive? Por él, simple y sencillamente.

Abreu comenzó con un proyecto modesto pero con los mejores maestros, que gracias tristemente a la Segunda Guerra Mundial, emigraron de sus países y pudo reclutarlos para lograr, lo que podríamos decir, es lo único que tiene Venezuela de lo que se puede sentir orgullosa.

Sin embargo acá, no sé si pensamos, pero sí actuamos diferente; podemos mencionar una serie de esfuerzos culturales que por la personalidad de quien se designa a ocupar un lugar que se supone debe dedicar sus esfuerzos para mediar y ser un interlocutor entre los diferentes actores, simplemente han sido dejados a la deriva y poco a poco se van agotando hasta desaparecer. En estos casos la vocación es muy dolorosa porque hace que los que aman y están convencidos de las bondades que significa, se dediquen a ello siempre; siempre tocando puertas, siempre haciendo proyectos, siempre pidiendo, convenciendo, enseñando, sin presupuesto, muchas veces señalados, promoviéndose, para así sobrevivir y seguir haciendo lo mismo.

La sensibilidad del creador o maestro es muy diferente de quien es promotor o funcionario cultural, a éste le corresponde mantener los espacios, apuntalarlos y mejorarlos, defenderlos, no achicarlos o destruirlos. Me cuesta trabajo entender en el caso de nuestra ciudad tan limitada en sus espacios culturales, en donde la iniciación cultural es casi inexistente, en donde la cultura se considera "elitista" porque no la conocen o no la comprenden, es una lástima, que sea precisamente, me apena decirlo, la hasta hoy día directora del Icocult, quien se supone, gracias a la cercanía que tiene con el director estatal de Icocult, pudiera haber logrado un gran avance, haya dedicado todos sus esfuerzos, a enfrentar y destruir, arrebatando los espacios a quien ha y había demostrado que eran las personas idóneas para dirigir las instituciones a su cargo, éstos siempre trabajando con presupuestos magros y sueldos muy por abajo de sus talentos y capacidades. Sí, ella ha achicado y enrarecido los espacios logrados con tanto esfuerzo, ella desde lejos mueve sus hilos, manipula, engaña, intriga, lastima, destruye, abusa de la buena voluntad de sus superiores, y los enfrenta a la sociedad que desconoce realmente el fondo de las cosas, mal informando y desinformando, creando una psicosis de inestabilidad dentro de su mismo grupo, haciéndoles creer que dependen de ella, y no es así, "después de mí, el caos" ellos sobrevivirán por su calidad y dedicación independientemente de quien esté al frente de la Institución, es por ellos que ella puede permanecer ahí, no al revés.

La cultura no es botín, es quehacer, construirla requiere tenacidad, permanencia, estabilidad y visión a largo plazo con metas muy concretas y con funcionarios cuyo objetivo no sea otro que lograr que los intereses particulares no estén por encima del interés colectivo.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 507736

elsiglo.mx