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Dime qué comes y te diré qué sientes

Tu ánimo sobre la mesa

En esos momentos en que la vida se ve gris, nada mejor que comer un plátano. Cada alimento que lleve a su boca ayudará a que su ánimo sea más positivo y estable.

En esos momentos en que la vida se ve gris, nada mejor que comer un plátano. Cada alimento que lleve a su boca ayudará a que su ánimo sea más positivo y estable.

Ivonne Gómez Ledezma

Mucha gente no lo sabe, pero más allá de cómo repercute en nuestra salud y apariencia lo que comemos, cada alimento que ingerimos influye de manera contundente en nuestro estado de ánimo. Lo creamos o no, basta efectuar unos sencillos cambios en el menú para ahuyentar a la apatía o atraer un ánimo positivo; el secreto radica en saber elegir lo que nos llevamos a la boca.

Usted tiene un ajetreado día en el trabajo, así que en vez de ir a casa a comer llama al restaurante de comida rápida más cercano y ordena un ‘combo’ de hamburguesa, papas fritas y refresco. Aunque mastica de prisa disfruta su menú y hasta tiene la sensación de que está más relajado, incluso contento. Sin embargo no pasa mucho tiempo para que comience a sentirse somnoliento y con dificultad para concentrarse en lo que hace, tanto que al final de su jornada hace un recuento y se da cuenta que avanzó muy poco, menos aún que si hubiera ido a casa a mediodía.

Es domingo por la tarde y su pareja le llama para cancelar la salida que tenían planeada. Desanimado, opta por pasar el resto del día viendo el televisor. Sintoniza una película y en el primer comercial va a la cocina y busca un tentempié saludable, eligiendo un plátano. Luego de un rato siente que su ánimo comienza a mejorar, incluso decide apagar la tele y salir a caminar por su cuenta, o bien aprovechar el tiempo para trabajar en el jardín.

Sin duda ha escuchado que lo que comemos influye en nuestra salud. Obesidad o sobrepeso, alto colesterol, anemia, hipertensión arterial o diabetes, son temas que con frecuencia salen a relucir en las conversaciones, y podemos afirmar que -en mayor o menor medida- todos tenemos claro qué alimentos pueden ‘abonar el terreno’ para que dichos padecimientos toquen a la puerta.

Tampoco es un secreto que una alimentación deficiente repercute en la imagen: comer de más trae consigo kilos extra a la figura, mientras que la falta de nutrientes o exceso de grasa provoca problemas en la piel, pérdida de cabello -o escasez de crecimiento-, etcétera. Y desde luego, la apariencia que tengamos repercutirá en nuestra autoestima.

No obstante, los alimentos juegan otro papel fundamental en nuestras vidas. Hay quienes los comparan con el combustible que hace trabajar a los vehículos y tal analogía es adecuada, porque la comida da a nuestro cuerpo los recursos para que realice sus funciones y así como no es lo mismo usar diesel que gas o gasolina, ni hay igual rendimiento con ‘verde’ o ‘roja’, todo lo que consumimos desencadena una serie de procesos que incluyen al estado anímico y en consecuencia influyen a nuestra conducta. Así es: la frase “somos lo que comemos” se refiere no sólo a cómo nos vemos o sentimos físicamente, sino también a cómo actuamos.

EL PODER DE LOS ALIMENTOS

Si luego de comer alguien empieza a sentir malestar estomacal es común que diga: “Me cayó mal algo que comí”, y posiblemente así sea. En cambio raras veces nos detenemos a pensar en que ese ‘algo’ tiene que ver asimismo con nuestra conducta, lo cual es una realidad. Ansiedad, irritabilidad, cansancio, tristeza, somnolencia, dificultad para enfocar la atención y nerviosismo son algunos de los estados anímicos que con más frecuencia se ven influidos por la dieta. También la sensación de bienestar, la alegría, la calma, la energía, la concentración y el positivismo pueden presentarse por intervención de la comida.

Lo anterior se debe al ‘trabajo’ de los alimentos en nuestro cerebro. Dicho órgano está compuesto en parte por miles de millones de células, a las que conocemos como neuronas. Cada una de ellas está conectada a otra por minúsculas ‘ramas’ (axones y dendritas), a través de impulsos nerviosos que liberan unas sustancias llamadas neurotransmisores; a este proceso se le denomina sinapsis y afecta la manera en que nos movemos, pensamos o nos sentimos. Es así que la química cerebral regula nuestro estado anímico, pues es de acuerdo a la acción de dichos neurotransmisores (como excitantes o inhibidores de la actividad neuronal) que nos sentimos de tal o cual manera. Por ejemplo entre los neurotransmisores que nos tranquilizan está la serotonina, y entre los que nos estimulan se encuentra la dopamina.

¿Y qué relación tiene esto con lo que comemos? Que los neurotransmisores se producen a partir de sustancias llamadas aminoácidos y algunos no son elaborados por el cuerpo, los obtenemos de la comida.

También los minerales, las vitaminas, las proteínas, los carbohidratos y los ácidos grasos esenciales juegan un papel básico para que nuestro cerebro reciba lo necesario para operar en condiciones óptimas. El simple hecho de comer (o dejar de hacerlo) desempeña un rol fundamental para mantener el equilibrio de los niveles de glucosa, lo cual repercute directamente en la energía y la capacidad de atención...

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