Dinero fácil, ¿la tv resuelve la vida?
Zara, una niña de 10 años, miraba la tele y preguntaba: “¿Quién ganó el dinero, quién se llevó los cien mil pesos, quién?”. RodrigoMurray anunciaba el final del programa: “Tú, Ernesto, fuiste el mejor doble cara de la noche”.
En medio de las luces y la parafernalia del programa, la niña no alcanzaba a entender e insistía: ¿Ganó mi papá, tenemos cien mil pesos?”. Sí, su padre acababa de ganar cien mil pesos, con lo que estaba garantizando la educación universitaria de Zara, porque Ernesto (nombre ficticio con el que participó en el programa) le cedió su premio a quien llama, “La Reina de las flores”.
Esta historia del “ganador de dinero fácil que resuelve su crisis económica”, se reproduce en programas como El Rival más Débil, La Silla, Cien Mexicanos Dijeron, De por vida Bancomer (un sueldo mensual por tiempo indefinido), Vas o no Vas (5 millones de pesos), y a partir del martes 23 de marzo, en ¿Quién Quiere ser Millonario?, que transmitirá Tv Azteca.
ASEGURANDO EL FUTURO “Ellos ya saben que asegurar su futuro es posible”, dice la frase publicitaria de, De por vida Bancomer. En opinión de Alma Rosa de la Selva, doctora en Ciencias de la Comunicación, el asunto no es tan fácil: “Finalmente es una cuestión efímera: consigues el premio y se resuelve un problema, pero la situación estructural de crisis persiste. Y en el teleauditorio tiene rasgos más delicados ya que estando en una difícil situación económica se les crea una expectativa aspiracional.
“Su éxito radica precisamente en que se aprovechan de una ambición o de una necesidad social que al salir del ambiente televisivo devuelve a los concursantes a su realidad. Lo hemos visto en la película Slumdog Millionaire, cuyos actores no han podido salir de la pobreza en que vivían antes de filmar la película”.
DINERO ¿FÁCIL? La necesidad, ciertamente, mueve la voluntad de muchos concursantes. Rodrigo Murray, el actor y conductor de Doble Cara, insiste en el carácter lúdico de estos programas (“en crisis o no crisis, si me dan cien mil pesos, yo los acepto”), pero recuerda el caso de un ganador que lo conmovió profundamente.
“Una señora que necesitaba los cien mil pesos para operar a su esposo. Había otros que querían ganar para donarlo a una causa benéfica, lo cual no me parece muy inteligente y otros para poner un negocio. Todo me parece válido y contribuye a la diversión; pero la señora que usó el dinero en la operación que su esposo necesitaba para salvar la vida, me provocó un nudo en la garganta”.
Casi todos estos formatos son versiones de programas estadounidenses que, sin embargo, tienen una significación diferente en países en crisis. Existe por ejemplo, una página de internet con un foro donde se pueden leer mensajes como el siguiente: “Somos una pareja que tuvo que emigrar por la crisis; ofrecemos nuestros servicios para programas de concurso”. En esta página es posible encontrar tips para obtener un lugar en los programas y consejos para ganarlos.
HUMILLACIÓN Y DIVERSIÓN Juan Manuel Bernal, quien condujo La Silla, programa que otorgaba 250 mil pesos, dice: “Pareciera que es dinero fácil, parece que al espectador o al concursante lo hacen pasar por humillaciones para darle ese dinero y en un país en crisis cualquiera es capaz de dejarse humillar para obtener un dinerito fácil”.
Alma Rosa de la Selva se pone del lado de los que no ganan el dinero. “Si acuden para resolver un problema económico, pierden algo más que dinero y el programa comienza a ser otra cosa más que entretenimiento. Se requiere una regulación en ese sentido, porque se aprovechan de una expectativa o necesidad que a las televisoras les reditúa dinero”. La revista Fortuna documentó, por ejemplo, el caso fiscal de Boletazo, que derivó en la condonación de más de 4 mil millones de pesos (erogados de recursos públicos) incluyendo 5 millones de pesos que la banca mexicana pagó a la productora del programa Vas o no Vas, Media Mates.
La revista aseguró en su número de enero de 2008: “para promocionar el programa, la Secretaría de Hacienda y el SAT adquirieron con recursos públicos los automóviles sorteados y pagaron espacios publicitarios, entre otros, a Televisa y TV Azteca”.
O como dice Juan Manuel Bernal: “La ley de los países capitalistas es que todo el mundo busca algo, busca satisfacer sus propias necesidades en cuanto a economía se refiere. El caso de La Silla era diferente, pero todos los programas de concursos son crueles y abusan del espectador y de los concursantes”.
ENTRETENIMIENTO SEGURO La versión mexicana de ¿Quién Quiere serMillonario? será conducida por Pablo Latapí y tendrá el mismo formato que el original de Estados Unidos: un concursante que pone a prueba sus conocimientos generales a cambio de una cifra de dinero que se va multiplicando. Actualmente 50 países tienen su propia versión de este exitoso programa, incluyendo nueve en Latinoamérica.
El atractivo de ganar dinero fácil no es, naturalmente, un fenómeno mexicano. Aunque para RodrigoMurray, la cantidad es lo de menos.
“Veía pasar cien mil pesos en cada programa y nuncame pregunté qué se sentiría tenerlos. En la calle puedes ver casas de millones de pesos o autos de miles de dólares, pero no por eso los vas a querer. Es una ambición que yo reprimía tranquilamente”. El aspecto lúdico es inherente a estos programas. El Johnny, un joven concursante de Doble Cara, dice que su intención de participar y ganar, no fue una necesidad económica.
“Soy empresario y no necesito del dinero; sólo quería divertirme y si ganaba los cien mil pesos, entonces los donaría, porque quisiera devolverle al pueblo algo de lo que me ha dado”, dijo. Sus amigos, gozosos de que el Johnny saliera en la tele, subieron a YouTube un fragmento de su participación bajo el título: “El día que el Johnny fue famoso”. Y el empresario, contentísimo.
En estos casos, los programas cumplen un cometido: el entretenimiento.Murray dice: “Una vez que se ha superado el tema del dinero, el que gana es aquel que más se divierte; Doble Cara era un programa de diversión y no porque ganes un premio ahí, vas a cambiar radicalmente tu vida”. Cierto. Cuando Ernesto recibe comentarios en su página de Youtube respecto a la alegría de haber ganado el programa, responde: “¡Quiero otros cien mil pesos!”. Como dice Alma Rosa de la Selva: es un premio efímero. Y como dice Murray: “No te resuelve la vida”.