La Cámara de Diputados aprobó la Ley de Refugiados y Protección Complementaria que actualiza el marco jurídico a favor de los derechos humanos de extranjeros que para salvar su vida salen de su país y piden el respaldo de México.
De esta manera, se agilizan mecanismos y se precisan disposiciones legales, a fin de que los refugiados reciban la protección del Estado mexicano, con los derechos a la no-discriminación, la atención a los menores, y que reconoce la opción a que se revisen casos denegados.
La nueva ley, cuyo proyecto original fue enviado por el presidente Felipe Calderón en mayo pasado, fue aprobada con 267 votos a favor y pasó al Senado que la revisará en comisiones y posteriormente la votará.
En tribuna explicaron los alcances de la legislación, representantes de las siete bancadas, que refirieron la función de regular la condición del refugiado y el otorgamiento de la figura de Protección Complementaria.
"Se establecen las bases para la atención y la asistencia de los refugiados en México, y con ello garantizar el respeto a sus derechos humanos", dijo la presidenta de la Comisión de Población Fronteras y Asuntos Migratorios, Norma Leticia Salazar Vázquez del Partido Acción Nacional (PAN).
Destacó que se establecen los principios y criterios de la No-Devolución, No-Discriminación, la No-Sanción por Ingreso Irregular, el interés superior del niño, la unidad familiar, y la confidencialidad.
Estas disposiciones, con las que México pone al día su legislación ante las convenciones internacionales en materia de refugiados, agregó Salazar Vázquez, será posible poner a salvo de riesgos de muerte, tortura y tratos inhumanos y crueles, a extranjeros que salen de su país por el riesgo de su vida.
En la década de los ochenta, entraron a México y se asentaron en la franja fronteriza sur grupos de población de países centroamericanos debido a conflictos violentos generalizados, que detonaron un éxodo masivo, señala el dictamen de la nueva ley. Ante ello, México actuó para salvaguardar las vidas de los desplazados.
"México como país de refugio, ha brindado una nueva oportunidad de vida a quienes han huido, de guerras, conflictos internos, violaciones de derechos humanos, perturbación grave del orden público, o persecuciones individualizadas por causa de su raza, religión, nacionalidad o ideología", recuerda la exposición de motivos.