DIPUTADOS LOCALES: SUS EGOS Y SUS MIEDOS A SIMPLE VISTA

Si bien han transcurrido apenas dos meses de la actual legislatura local, ya se observa la tendencia -hablando de posturas de grupo y personales-, que varios de los diputados asumirán durante los próximos tres años.

Sabedores del capital político que se puede alcanzar, la mayoría de los priistas decidió -algunos antes de llegar a su curul- la vertiente que seguirán en el quehacer legislativo. Así, la mayoría de los tricolores, casi todos sumisos, hoy hacen caso a la voluntad de lo que dicta su coordinador, Adrián Valles Martínez, enlace directo con el partido al que pertenece y con la oficina del Ejecutivo.

A la hora de votar, proponer o replicar, se sigue su instrucción, que pesa también al momento de difundir el trabajo legislativo a través de los medios de comunicación o de realizar alguna erogación del gasto corriente, como en el caso de las iPads, compradas por iniciativa suya.

Sin embargo, el trato a quienes visten su misma camiseta o los aliados de los partidos que les ayudaron durante la pasada elección-Partido Verde, Nueva Alianza y Duranguense- no ha sido del todo equitativo: comúnmente el área de Comunicación Social busca enaltecer lo hecho por unos y se olvida de otros, aun y cuando sus puntos de acuerdo, posicionamientos o declaraciones sean de mayor relevancia en el quehacer noticioso diario. Y aunque algunos son absolutamente sumisos a lo que se ordene, otros parecen ya legislar en una permanente molestia, que ya hacen notar en su comportamiento.

Diputados como Luis Enrique Benítez y Rodolfo Guerrero muestran señales de que, de vez en cuando, se irán por la libre y omitirán las órdenes de las cabezas partidistas. El primero de ellos, incluso, se convirtió en una piedra en el zapato de sus propios compañeros durante los últimos días, pues fue el principal respaldo de la panista Gina Campuzano en su rechazo a la implementación obligatoria de una credencial expedida por la Dirección de Transportes para que se hagan válidos los descuentos en el transporte público.

Sin embargo, las situaciones "raras" no son privativas del partido en el poder. En Acción Nacional ya hay voces que se manifiestan ante una pasividad opositora cada vez más evidente. Y es que líder de su bancada, Jorge Salum del Palacio, está abusando de su carácter "analítico". A diferencia de la anterior legislatura, el bloque contrario al poder no tiene capacidad de reacción.

Los medios de comunicación parecen detectar, primero que ellos, las irregularidades o fallas cometidas en el andar legislativo o en la escena social; sus posturas, casi siempre, las prolongan para después del análisis detallado de la situación. Eso ha provocado que la figura del diputado local más influyente del PAN se vaya desdibujando poco a poco, para agrandar la de otros de sus compañeros, como José Antonio Ochoa y Gina Campuzano, hasta el momento más atrevidos que él.

Así, los grupos mayoritarios se ven hoy obligados a realizar ajustes hacia el interior: los oficiales deben evitar, a toda costa, seguir siendo golpeados por un diputado que reclama, en la práctica, no haber sido designado presidente de la Gran Comisión; los panistas, por su parte, deberán ser más opositores y reactivos si es que quieren mantener para sí todo el capital político ganado durante la última elección.