Para fans. Los nuevos discos de Eric Clapton y Robert Plant no deben faltar en las colecciones de sus seguidores
Eric Clapton y Robert Plant nos acaban de regalar cada uno para este otoño dos obras maravillosas, invitándonos cada álbum a sentarnos en un sofá con un té caliente mientras contemplamos lo que ha sido nuestra propia vida.
Eric Clapton regresa con un material solitario llamado simplemente Clapton y desde el primer track, Traveling Alone, sabemos que nos encontraremos en una jornada de blues grasiento, del que mueve fibras, pero sin llegar a desbordase en un salto a un precipicio porque quién mejor que Eric Clapton para encontrar el balance tras una vida de altas y bajas tan intensas.
Rindiendo homenaje al blues y jazz de finales del 20 y de los 30 proveniente del south deep estadounidense que lo forjó como músico y melómano, el que fuera llamado Dios ya hace varios años nos presenta temas como Judment Day, que a pesar del título es una pieza alegre gracias a la harmónica.
Por su parte, Milkman es una pieza que tiene un sonido tan de New Orleans que de inmediato viajas a la antigua Louisiana.
La emotividad se presenta en How Deep is the Ocean y Autumn Leaves, ambas con un mood intenso que nos confronta y que no cualquier espíritu puede digerir.
Por su parte, Robert Plant presenta para este otoño Band of Joy, un disco crudo de sonido folk sucio bastante adictivo. La mandolina en Central O Nine nos conduce en una pieza corta con una letra intensa escrita por el mismo Plant.
Silver Rider es otra melodía sublime acerca de los sueños imposibles, en donde la voz de Patty Griffin acentúa el sentimiento hipnótico de una canción original del trío de dream pop Low, fórmula que se vuelve a repetir más adelante en el disco con Monkey, otro cover también de Low.
Falling in Love Again es la clásica pieza de amor, inocente y pura como se supone que debe ser este sentimiento, con un sonido de los 50 que Plant acentúa como si fuera de nuevo un joven enamorado.
Satan your Kingdom Must come Down es la pieza cristiana por antonomasia, o lo debe de ser ahora en adelante, con una guitarra y mandolina acopladas de tal forma a la voz de Plant que de verdad estremece.
Tanto Clapton como Band of Joy son un par de discos inmensos, listos para disfrutarse y que todo joven debe aventurarse a escuchar para adentrarse en la visión musical de dos monstruos de la música del Siglo XX que aún disfrutan creando y grabando, en beneplácito de los amantes de las raíces del rock como lo son el blues en el caso de Clapton y del Folk británico con tintes medievales en el caso de Band of Joy.
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