Dos inmigrantes africanos fueron heridos de bala hoy durante las protestas efectuadas en la ciudad de Rosarno, Calabria, en el sur de Italia, por los constantes ataques que sufren los indocumentados, informó la policía local.
La policía reportó que los dos inmigrantes fueron hospitalizados luego de que desconocidos les dispararon en las piernas, y afirmó que no están en peligro de muerte.
Las protestas se iniciaron el jueves y han dejado hasta ahora al menos 30 heridos, cuantiosos daños materiales y unos 10 detenidos.
La situación en Rosarno fue reportada casi fuera de control desde que la tarde del jueves cientos de inmigrantes, la mayoría ilegales de origen africano, realizan protestas violentas luego de que dos de los suyos fueron baleados desde un automóvil en marcha.
Los inconformes quemaron vehículos, volaron contenedores de basura y rompieron vidrios de negocios, mientras el pánico se apoderó de la población local, que se unió en grupos para atacar a los africanos.
La mayoría de los inmigrantes africanos son explotados por la criminalidad organizada, que los emplea en la cosecha de naranjas y mandarinas.
Durante las protestas, los inmigrantes pidieron respeto y protección y denunciaron actos de racismo y violencia en su contra, informó la televisión italiana.
Medios locales enfatizaron las condiciones inhumanas en que viven los inmigrantes, acampados en fábricas y silos abandonados, sin las mínimas condiciones de higiene.
El ministro del Interior, Roberto Maroni, comparecerá el próximo martes en el Parlamento para informar de los hechos, luego que este viernes responsabilizó a la inmigración ilegal incontrolada de los disturbios.
Asimismo, los ministerios del Interior, de Previsión Social y el gobierno local crearon una fuerza especial para enfrentar la situación, mientras que cientos de agentes de las fuerzas del orden fueron enviados a Rosarno desde localidades vecinas.
Versiones de prensa señalaron a la Ndrangheta, la mafia calabresa, de instigar los disturbios para distraer la atención de los hechos del domingo pasado en Reggio-Calabria, donde sicarios de esa organización lanzaron explosivos contra la sede de la procuraduría local, lo que llevó al gobierno a endurecer las medidas de seguridad.
El secretario general del opositor Partido Democrático, Pierluigi Bersani, acusó por su parte a Maroni de tener una visión superficial de los acontecimientos.
'Primero se requiere retornar a la calma y después ir a la raíz de una situación hecha de mafia, explotación, xenofobia y racismo', indicó Bersani, tras recordar que en Italia rige la ley de inmigración Bossi-Fini, aprobada por la derecha en el poder.
La fundación FareFuturo, cercana al presidente de la Cámara de diputados, Gianfranco Fini, resumió que 'en Italia existe la esclavitud, mientras un Estado civil y moderno no puede tolerar que miles de personas (los ilegales) vivan en la total indigencia'.
