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Disputas en las Fuerzas Armadas, temor al riesgo y estrés de Calderón

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Tras el homicidio del capo Arturo Beltrán Leyva, hace casi un año, trascendió que entre el Ejército y la Marina surgió un enfrentamiento de extrema preocupación, el cual fue confirmado por el embajador estadounidense Carlos Pascual en un comunicado enviado a Washington.

El diplomático habría informado que el Ejército es lento y con "aversión al riesgo" en la lucha contra el narcotráfico, según el mensaje del 29 de enero de este año dirigido a su gobierno.

De acuerdo a expresiones de dicho embajador, el Ejército "no tiene autoridad para recolectar evidencia en los operativos y tampoco para introducirla al sistema judicial". También señaló preocupación por las "tensiones" entre la Sedena y la Secretaría de Marina debido a operativos exitosos de la primera.

El mensaje de Pascual es uno de los dos mil 285 relacionados con México y dados a conocer a través del sitio de internet WikiLeaks. Esta información no ha sido desmentida por el presidente Felipe Calderón, quien se concreta a calificarla de deplorable y manifiesta su preocupación sobre el espionaje realizado en nuestro país por Estados Unidos.

Sin embargo, si el alto mando de la Defensa Nacional se enfrenta al de Marina porque ésta recibió informes para liquidar a los capos Arturo Beltrán Leyva y a Ezequiel Cárdenas Guillén "Tony Tormenta", el reclamo debiera ser a la agencia antinarcóticos de EU (DEA), autora de los "tips".

En los documentos subrepticios es criticado el titular de la Sedena, general Guillermo Galván Galván, por no lograr resultados positivos en lugares como Ciudad Juárez y porque pidió imponer el estado de excepción en algunas ciudades del país, lo cual habría obligado al toque de queda en las mismas.

A esa propuesta se opuso el ex secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, si bien aceptó que en Ciudad Juárez era posible. La contención a Galván pudo ser causa de divergencias, muy comentadas, de él con el presidente Calderón.

Del propio militar de alto grado escribió John Feeley, número dos de la embajada de EU en México, que es un actor político y ha tenido éxito en proteger las prerrogativas militares y su rol simbólico, pero "su experiencia le provee con poca guía sobre cómo administrar el cambio y la modernización contra un telón de críticas y acusaciones virulentas".

Lo anterior explicaría por qué el general Galván está enfrentado con el secretario de Marina, almirante Mariano Francisco Saynes Mendoza. Degrada a los altos niveles de las Fuerzas Armadas, semejantes divergencias, las cuales ya trascendieron al mundo.

Peor es que se hable de nuestros soldados con aversión al riesgo -¿miedosos?- y carezcan de tácticas para enfrentar a la delincuencia.

Preocupa, de igual manera, que la secretaria de Estado, Hillary Clinton, haya pedido informes pormenorizados a sus diplomáticos sobre la dinámica de trabajo del presidente Calderón, dado que él y su administración se encuentran "bajo mucho estrés derivado de la guerra contra el narcotráfico".

De ser así, es imposible ganar una guerra y se explica con la resignación del propio Calderón, de que no poder acabar con el hampa de las drogas.

JUAN MOLINAR HORCASITAS incurrió en desacato judicial al entregar los títulos de concesión de la fibra óptica a la transnacional estadounidense Nextel, por encima de la suspensión definitiva dictada por la jueza décimo sexta de distrito, Naela Márquez Hernández.

Los abogados de Iusacell informaron que se trata de una falta grave y el secretario de Comunicaciones y Transportes debe ser destituido de su puesto por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en caso de que no comunique a Nextel la anulación de esos títulos.

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