Pasatiempo. Este oficio que le heredó su padre se ha convertido en su más apasionante forma de pasar los días y sentirse útil. EL SIGLO DE TORREÓN / CLAUDIA LANDEROS
Hace más de 30 años que se dedica a la carpintería, este oficio se lo heredó su padre, quien en vida se dedicó siempre a ello.
Sin embargo, la carpintería siempre fue algo que le ayudó a mantenerse entretenido, satisfecho, a don Carlos le gustó mucho hacerlo y ahora que ya se jubiló y vive de la pensión que le otorgan, se apoya en sus trabajos para sentirse útil, conservar sus habilidades y tener un extra en la economía de su hogar, en el que vive con su esposa.
Carlos Casillas tiene 70 años de edad, trabajó en la Secretaría de Educación Pública en intendencia, aunque primero fue albañil, pero siempre quiso superarse.
Como carpintero repara muebles, elabora bancos, sillas, mesas, marcos y puertas; en su casa tiene todo para hacerlo.
"No hay día que no agarre el serrucho o el martillo, aunque sea domingo, hago aunque sea un poco" porque es algo que lo hace sentir muy bien y aún con vida.