Todavía. El 23 por ciento de la población total del Cereso padece de hepatitis tipo C, como consecuencia de drogarse con una misma jeringa. En 2002 murió uno de los reclusos, quien confesó el hecho antes de fallecer.
Persiste el problema, de los 151 internos del Centro de Readaptación Social de San Pedro, 35 padecen hepatitis C en la actualidad (23 por ciento), enfermedad contagiosa e incurable.
El hecho se descubrió a mediados de 2002 con la muerte de un interno de ese penal, lo que dejó al descubierto desde entonces el tráfico de droga al interior del Cereso, pues los reclusos se infectaron por utilizar una misma jeringa para drogarse.
El contagio masivo con jeringa entre drogadictos se hizo evidente luego de la muerte del joven sampetrino Ismael Medina Martínez, el 21 de julio de 2002 en el Hospital General de Torreón, víctima de esa enfermedad.
Poco antes de morir, el joven adicto a la "chiva" (sustancia tóxica hecha a base de heroína) confesó a su madre que se drogaba junto a otros amigos, con la misma jeringa, pero lo había hecho no pocas veces dentro y fuera del Cereso.
HEPATITIS 'C'
El mal persiste en el Cereso