NUEVA YORK.- Al igual que en otros lugares donde se ha legislado para reconocer jurídicamente el matrimonio entre parejas del mismo sexo, en la Ciudad de México se ha despertado una ola conservadora que empieza a organizarse con argumentos para tratar de revertir los cambios jurídicos en la institución civil del matrimonio o para impedir que se repliquen los matrimonios gay en todo el país.
Durante los debates en la Asamblea Legislativa del DF, las voces conservadoras básicamente argumentaban que el matrimonio es en esencia una institución estática y heterosexual, cuyo fin único es la procreación, mismos argumentos que la Secretaría de Gobernación integró en su acción de inconstitucionalidad, que aún está pendiente de revisar la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Pasado ese debate, hoy los argumentos contra el matrimonio para parejas del mismo sexo se han ido a una segunda fase, con ideas calcadas al carbón de organizaciones conservadoras estadounidenses que tiraron los matrimonios para parejas del mismo sexo en California.
Sin liderazgos claros, pero aparentemente muy bien financiados, aunque sin transparencia en sus recursos, la llamada organización "Uno + Una = matrimonio", que se hace llamar movimiento ciudadano sin decir quiénes lo conforman, ha lanzado una campaña en contra del matrimonio para parejas del mismo sexo, campaña idéntica a la de la organización californiana "Protect Marriage", que a su vez fue financiada con millones de dólares de los mormones del estado de Ohio.
En la radio mexicana suenan ya sus spots y tal vez falte solamente un poco para que sus generosos donantes los lleven a las dos grandes televisoras. Su campaña cuenta que con las reformas al código civil en el Distrito Federal ahora l@s niñ@s en las escuelas públicas deberán aprender cuentos de "había una vez una princesa que se casó con otra princesa" o "Érase una vez un príncipe azul que rescató a otro príncipe azul".
Lo que le faltó contar a Uno más Una es que la campaña estadounidense fue efectiva, al despertar el miedo en los padres californianos, pero con base en una mentira. De acuerdo con Duffy Palmer, un funcionario del Departamento de Educación del estado de Nueva York, en ninguna escuela pública de Estados Unidos se incluye la enseñanza del matrimonio como parte de los temarios educativos.
De la misma manera, las reformas en el Código Civil del DF no tocan la educación pública ni en la Ciudad de México, ni en ningún lado del país y por ello no obligan a enseñar sobre el matrimonio en las escuelas. Así que puro cuento.
Si bien parece tarea imposible que Uno más Una tire los matrimonios de parejas de mismo sexo en el DF, su campaña parece tener sus objetivos puestos en los estados. Usar lo ocurrido en la Ciudad de México como un trampolín para hacer cabildeo en los congresos locales para poner candados en las constituciones estatales que definan el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer, como ocurrió en julio de 2009 con la reforma al artículo 94 de la Constitución de Yucatán, que define explícitamente tanto al matrimonio como al concubinato como la "unión de un hombre y una mujer".
De manera similar como ocurrió con las reformas en casi una veintena de estados que penalizan hasta con la cárcel el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, el movimiento en contra del matrimonio entre parejas del mismo sexo ha despertado y parece gritar ¡que no se enteren los niñ@s!
Que no se enteren l@s niñ@s que existe la diversidad sexual. Que no se enteren los niños que desde pequeños sienten una atracción por otros niños que no están solos. Que no se enteren las niñas de que jugar con Barbies o con camiones es una imposición social. Que no se enteren que está mal convertir la primaria en un infierno para sus compañer@s afeminados o machorras. Que no se enteren que hay miles de adolescentes en todo el mundo que piensan en quitarse la vida o en escapar de sus casas porque sienten que su orientación sexual es "un pecado". Que no se enteren que algunos de sus compañeros tienen dos papás o dos mamás y viven en bajo un techo seguro, responsable y con amor.
En suma, que no se enteren que ya es hora para pasar de la "política del asco" a la "política de la humanidad", como argumenta la abogada y filósofa Martha Nussbaum. Que no se enteren que la empatía y el respeto con la diversidad es lo que da fortaleza a una democracia. Que no se enteren que hay en efecto cuentos de un príncipe y una princesa, pero también de dos príncipes o de dos princesas. ¡Que no se enteren!
Politólogo e Internacionalista
Twitter @genarolozano