Al inaugurar la primera etapa de la construcción de la Plaza Mariana, el jefe de gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, puso "una palomita" al trabajo del cardenal Norberto Rivera porque dentro de ese proyecto la Iglesia le entregará un mercado a la administración local.
"Estamos trabajando en equipo y cuando se trabaja en equipo hay buenos resultados. El año entrante vamos a ver esto concluido. Por supuesto que nos van a entregar el mercado, qué bueno, ya te ponemos palomita, un problema menos", le dijo al religioso.
Minutos antes, el arzobispo primado de México le dio unas palmadas en la espalda al mandatario capitalino cuando contó que años atrás el gobierno de la Ciudad donó el terreno para hacer dicha plaza, a cambio de la construcción de un mercado donde se ubicará a los miles de comerciantes de artículos religiosos que se instalan alrededor del recinto.
Rivera y Ebrard agradecieron a Carlos Slim, presidente vitalicio de Grupo Carso, la donación de recursos financieros para construir la plaza.
Ebrard Casaubon interpretó las palmadas del religioso el acto como un gesto de que "están agradecidos por mi conducto con el gobierno de la ciudad por haber proporcionado el predio, por haber invertido más de 70 millones de pesos para que los comerciantes estén fuera porque anteriormente estaban aquí".
Durante este año la relación del gobierno del Distrito Federal con la Iglesia Católica ha tenido tropiezos en torno a la polémica de la aprobación de los matrimonios entre presonas del mismo sexo y su derecho de adopción, así como la ley que permite la interrupción legal del embarazo.
-¿Con este acto se liman asperezas?, se le preguntó.
Marcelo Ebrard aseguró que entre la Iglesia y su gobierno "cada quien tiene su disposición. Las convicciones no se liman. Estamos en paz siempre".