Desagradable. La sangre de los animales sacrificados corre por las calles cercanas a la Plaza de Toros.
Y al final de la fiesta brava vienen los malos olores y una desagradable imagen que deben soportar los vecinos cercanos a la Plaza de Toros.
Es en la cordonería de la avenida Zaragoza y de la avenida Chihuahua por donde corren los lagos de sangre y aguas negras que se escapan de los patios de dicho lugar cada vez que se realiza una corrida de toros; condición que permanece hasta por ocho días, tiempo en que tardan en evaporarse.
"Siempre es lo mismo", dice Víctor, quien vive por la Zaragoza y quien, además, dice estar cansado de padecer esta situación y que las autoridades no hagan nada al respecto.
Más que dar una mala imagen y generar olores insoportables, los vecinos lo consideran como un gran foco de infección. Y es que por esta vía circulan los camiones urbanos, que al pasar a gran velocidad salpican a los transeúntes.
"Deberían destazar a los animales en otra parte, o bien acondicionar el lugar para evitar que la sangre salga a la calle", dice una de las vecinas afectadas, quien así como el resto esperan que se dé una pronta solución.
VÍCTOR
Vecino y afectado