Una de de las grandes actividades que son la causante principal del rezago económico durante muchos años en nuestro país ha sido sin duda el crecimiento de la economía subterránea.
Amén de las coyunturas internacionales que se han traducido en problemas económicos para México, cuando el país crece lo hace con tasas pequeñas de tres por ciento, cuatro por ciento. Uno se pregunta: ¿Por qué no vemos en tiempos buenos crecimientos importantes como en otras economías emergentes del orden de los tres por ciento, nueve por ciento?
Considero que una de las grandes explicaciones es ese crecimiento de la economía subterránea en este país, la que no paga impuestos, la que se corrompe, la que está podrida, la que está precisamente escondida, la que no se registra en las cuentas nacionales, en fin cuántas y cuántas características se le podrán encontrar a esta economía como el contrabando, la prostitución, el narcotráfico, la piratería, las actividades corruptas de gobernantes y políticos, el terrorismo, el soborno, entre otras muchas importantes.
Lo más triste es que la practican los menos, es decir son nichos de relativamente poca gente respecto de los cien millones de mexicanos que somos.
Un gran reflejo de este crecimiento a ultranza de la economía subterránea es que nos hayamos ganado el nada honroso primer lugar mundial de ser el país más corrupto.
La corrupción en todas sus manifestaciones no se ve obvio, entonces es una actividad subterránea y qué pena en realidad qué pena, siendo un país tan grande, tan lleno de gente buena, tan rico en recursos, qué pena. Sin embargo la economía subterránea genera empleo y obviamente subempleo, genera dinero, genera riqueza que no se ve porque no se registra.
Quién sabe cómo se medirá la economía subterránea pero es lógico que sea inmedible, hay quienes piensan que representa más del cincuenta por ciento del Producto Interno Bruto del país, quién sabe pero si en todo caso todos esos recursos, o no vayamos lejos tan sólo la mitad que pagaran por ejemplo impuestos quizá no tendríamos tan graves problemas como los que padecemos, quizá no hubiera tantos millones de mexicanos pobres, quizá no hubiera quiebras en cosas tan importantes como el sistema de pensiones y quizá muy importante tendríamos sin duda grandes tasas de crecimiento económico. Pero válgame qué sueño.
Se ha puesto a pensar ¿por qué es todo esto?, ¿por qué tanta corrupción?, ¿por qué tanta actividad económica escondida? ¿Será un problema fuerte de escasez de valores? ¿Será un problema de idiosincracia?, ¿será que importamos esas malas ideas y malas prácticas? ¿Será cultural? ¿Será que falta más educación pues el déficit es grande? ¿Será por problemas de salud, por desnutrición, por enfermedades? ¿Por qué será? o ¿Por una combinación de todo esto?
Si pensáramos aunque sea una utopía en un borrón y cuenta nueva y el 100% de los mexicanos simplemente tuvieran acceso a la educación y a la salud, entonces nos cultivaríamos más, se tendrían más valores, con salud se pondría a trabajar más y mejor nuestro cerebro, seríamos más pensantes, seríamos más fuertes, generaríamos más empleos y sin duda mejor remunerados en la economía real, se tendría más capacidad de no caer o cuando menos no ser presa tan fácil de caer en actos de corrupción, por la misma capacidad educativa y cultural que desarrollaría el mexicano en todos los niveles, en fin sin ninguna duda creceríamos en la economía real a tasas de elevadas y tocaríamos rápidamente las puertas del primer mundo, y por ende la economía subterránea que es hecha por pocos se podría reducir a su mínima expresión. En verdad qué bonitos sueños éstos, pero en realidad podríamos hacer esfuerzos los mexicanos en cada ves ser mejores ciudadanos y patriotas y más las autoridades, tendrían que canalizar mucho esfuerzo y recursos para atacar con profundidad este fenómeno del desarrollo de la economía subterránea.
Considero que aquel gobernante que empiece por romper estos paradigmas sin duda realizaría una loable labor histórica que implicaría necesariamente progreso y desarrollo. Se entiende que podría llevarse tiempo, incluso pasaría una o dos generaciones para ver cambios sustanciales, pero empezando no podría pararse y por tanto se convertiría en secular.
Hay que seguir soñando, pero también insisto nunca dejar de contribuir a la implementación de las cosas que impliquen progreso y bienestar. Y es importante la actuación racional y de conciencia verdaderamente social de nuestros gobernantes que tanto tienen que hacer en este tipo de campos de la economía, campos subterráneos pero al fin de la economía.
Creo que la sociedad ya estamos hartos de ver a muchos políticos no hacer política, esto es simplemente actuar y practicar acciones con un verdadero sentido para el bienestar de la sociedad, y no como muchos de ellos lo hacen: actuar para el beneficio propio y partidista, y haciendo algunas o muchas de sus actividades parte de la economía subterránea.
Ojalá y poco a poco vayan cambiando esta clase gobernante en pro, insisto de ir rompiendo paradigmas que nos han tenido en el estancamiento por muchos años. Es fácil darse cuenta ¡Hasta la próxima!
Jcpeda54
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