Enseñanza El aprendizaje de los alumnos mexicanos no es el deseable según mediciones como EXCALE, PISA y ENLACE.
¿Cómo hablar de avance en materia educativa cuando en México, a cien años del inicio de la Revolución, sólo la mitad de los ciudadanos puede aspirar a llegar al bachillerato a los 15 años y según datos del INEGI sólo dos de cada 10 jóvenes concluyen una carrera profesional?
En tiempos de la Revolución, la justicia social y la igualdad, además del reparto equitativo de tierras, eran las principales demandas pero también se encontraba implícita la necesidad de acceder a educación, siendo analfabeta el 90 por ciento de la población.
Y aunque ese porcentaje se ha revertido, la realidad es que el analfabetismo no se ha logrado abatir ya que, según datos del INEA, hay estados en que seis de cada 10 mexicanos no han concluido su educación básica o son analfabetas.
Además, otro aspecto que refleja los pendientes en materia educativa en el país es que los habitantes mayores de 15 años tienen ocho años de escolaridad, es decir, segundo de secundaria.
El "serio" problema del sistema educativo en México provoca un aprendizaje que limita a los ciudadanos para que puedan ser libres y, por lo tanto, no permite que el país sea democrático, competitivo y justo, según un escrito de Macario Schettino, catedrático del Tecnológico de Monterrey, publicado en El Universal.
Un informe de Mexicanos Primero indica que: "En cada generación de tercero de secundaria, más de la mitad no logra los aprendizajes esperados".
Algunos autores sostienen que la educación sigue siendo el gran pendiente de la Revolución ya que, aunque se ha logrado una mayor cobertura, todavía no hay garantía para que todos los ciudadanos puedan acceder por lo que la enseñanza no es equitativa y tampoco es de calidad. Las más vulnerables son las mujeres indígenas quienes tienen una escolaridad de cuatro años, menos de la mitad del promedio nacional.
El rector de la Universidad Politécnica de Durango, José de Jesús Muñoz Ramos, coincidió con los indicadores nacionales: "Para los gobiernos la pirámide de edad debería de ser el timón para tomar grandes decisiones (...) Hoy en día, entre 10 y 24 años tenemos prácticamente 30 millones de mexicanos y de ésos, solamente el 30 por ciento recibe cobertura de nivel superior", lamentó.
Y aunque dijo que ése es el indicador para casi todos los países de América Latina, la distancia es abismal con relación a países más desarrollados. Como ejemplo, mencionó que en Corea del Sur se cubre al 95 por ciento de la población con educación superior. "Pero no sólo eso, sino que el costo de oportunidad que estamos dejando pasar va a ser muy alto. Hay que dedicarle a educación bastante presupuesto, tenemos que salir de este rezago; si no, la factura la vamos a pagar y muy cara como la estamos pagando ahora, a cien años de la Revolución Mexicana".
"Hemos perdido la soberanía alimentaria; hoy en día importamos el 52 por ciento de los alimentos. El anhelo del reparto agrario ha quedado en la nada; ahora tenemos un mini latifundio pulverizado. El espíritu del ejido prácticamente perdido, un campo abandonado. Y todo eso se debe a que no hay organización, es decir, no hay educación (...) Cómo queremos organizar el campo cuando éste trae una educación básica en promedio", aludió.
Consideró como la base del desarrollo la organización de los procesos productivos que son realizados por las personas capacitadas, comprometidas y organizadas, es decir, los ciudadanos educados. "Y esa parte está muy olvidada y descuidada", citó.
"El riesgo es que no crezcamos, que sigamos manteniendo los bajos índices de desarrollo, los altos índices de desigualdad social, la polarización de los que más tienen y los que menos tienen, la inseguridad de no alcanzar el desarrollo que debemos de tener. Seguir dilapidando los recursos naturales".
"Tenemos ocho años en promedio de educación cuando deberíamos de andar en el 15 por ciento. Traemos el 0.4 por ciento del Producto Interno Bruto dedicado a investigación cuando ya deberíamos andar cuando menos en el 1.5 por ciento porque eso permite innovar y eso representa ser más competitivos", manifestó.
Y aunque, según su percepción, sí se ha avanzado, no ha sido lo suficiente. "Necesitamos que nuestras organizaciones gremiales se dediquen más a educación y menos a política y que dejemos de pensar en los intereses de esta generación y comprometamos nuestro esfuerzo y nuestra energía para la generación que nos va a suceder porque estamos preocupados por dejarle un mejor planeta a nuestros hijos cuando debemos estar preocupados por dejarle mejores hijos a nuestro planeta", agregó.
Según las declaraciones del rector de la UNAM, José Narro Robles, publicadas recientemente en medios nacionales, México es el último lugar en América Latina en acceso a educación superior. Y es que lamentó que mientras en México sólo el 30 por ciento de los jóvenes puede ingresar a la universidad, en las Islas Vírgenes la cobertura es del 75 por ciento, en Argentina de 67 por ciento.