Ejidos, condenados a vivir en la pobreza

El ejido, aunque no desaparezca, está condenado a vivir siempre en la pobreza por inercia, la apatía de una parte de los ejidatarios y, sobre todo, el escaso o nulo apoyo de las instituciones oficiales relacionadas con el campo, asegura Adriana Rosales Andrade, presidenta del Comisariado del ejido Lerdo.

"Sí es cierto que en los aniversarios de los ejidos se hace fiesta, pero se hace por tradición y con muchos sacrificios, en otros ejidos piden apoyo a los ganaderos o agricultores privados y como sea sale para la fiesta", dice la dirigente ejidal.

 REZAGO CRÓNICO

Considera que la gente que vive en las comunidades rurales son las más rezagadas en muchos aspectos, pero sobre todo el económico, pues a diferencia de la población del medio urbano, en los ejidos no hay aguinaldos, por ejemplo, y lo poco que ganan de las cosechas lo tienen que guardar para ir viviendo, aunque hay familias que varios trabajan y así la van pasado.

"Muchos ejidatarios también ya vendieron sus tierras por diversos motivos y ahora no tienen nada, pues en lugar de invertir su dinero en un negocito para seguir trabajando, lo repartieron entre los hijos y lo gastaron", dice Rosales Andrade.

Considera que la misma necesidad los hace malbaratar sus tierras y en otras ocasiones porque la mancha urbana se "come" las tierras ejidales y no hay de otra más que vender, pero lo malo es que no saben vender a buen precio y los que salen ganando son otros. "No nos educaron para saber planear y lo ganado en la venta, pues, se acaba pronto".

Por otro lado, la representante ejidal menciona que quienes todavía trabajan sus tierras lo hacen con muchos sacrificios y se enfrentan a un sinnúmero de problemas y trabas que ponen las instituciones oficiales y crediticias

 .  FUENTE: ADRIANA ROSALES  ADRIANA ROSALES

Pdta. del Com. Ejidal