Contraste. Entrevistados dijeron que no han comprado pescados y mariscos en la Cuaresma.
Ante los elevados precios de los productos del mar, la ciudadanía duranguense ha optado por consumirlos en los restaurantes, donde ahorran hasta la mitad de dinero en comparación a si los cocinaran en sus casas.
Otros los han omitido en Semana Santa por el tiempo de refrigeración y, por supuesto, los precios elevados.
Desde el pasado jueves se observaron las filas interminables afuera de las pescaderías así como en el área respectiva dentro de las dos principales tiendas de autoservicio de la ciudad.
Hubo quienes esperaron hasta dos horas por el pan blanco porque éste se terminaba, a la par de los que pasaron más de media hora en espera de su pescado o camarones.
Algunos ni se fijaban en el precio; el objetivo era llevar el alimento para no dejar morir la tradición.
No faltaron los que se esperaron hasta ayer, antes de salir de paseo, para realizar sus compras, "se nos va a hacer tarde, hubiéramos venido anoche".