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EL COMENTARIO DE HOY

Superprecio por Supermán

FRANCISCO AMPARÁN

Los coleccionistas (de lo que sea) son personalidades curiosas. Son capaces de pasar horas y horas clasificando, reparando y observando chunches y objetos de todo tipo, que el resto de la Humanidad considera simples cachivaches, cosas inútiles o vil basura. Claro que ellos le encuentran una belleza y satisfacción especiales en hallar y guardar eso que el resto del mundo menosprecia.

Y de repente, el mercado le da la razón a esos seres nacidos para andar entre cosas viejas y/o inservibles.

Hace unos días, un coleccionista anónimo compró un comic o tebeo, lo que en nuestra infancia llamábamos "monitos" o "cuentos", en la estratosférica suma de un millón de dólares. ¡735,000 euros por una revista! Más vale que esté interesante, dirá más de uno.

Y sí, ciertamente el ejemplar es muy especial: se trata del número de junio de 1938 de Action Comics, en donde aparece por primera vez Supermán. De hecho, la portada muestra al Hombre de Acero levantando en vilo un automóvil, mientras unos simples mortales muestran el susto que les causa ser los primeros en ver un superhéroe en acción.

Por supuesto, ese número de Action Comics hizo historia. De ahí se derivaría no sólo toda una industria, sino también un componente de la cultura popular del resto del Siglo XX. Y en fechas recientes, una temática que le ha salvado el pellejo, económicamente hablando, a Hollywood.

El alto precio ofrecido por el ejemplar rematado se debe a su magnífico estado de conservación: está casi nuevo, 72 años después de haber aparecido en los puestos de revistas. Otro de la misma fecha, pero en peores condiciones, el año pasado se había vendido en 317,200 dólares. Como se puede ver, eso de arrugar las revistas, o dejar que les pegue la humedad, puede salir espantosamente caro: en este caso, redujo un 68% el valor de la mercancía.

¿Tiene lógica, sentido y/o racionalidad pagar semejantes cantidades por algo inherentemente inútil? Cualquier filatelista, numismático o coleccionista de conchitas le dirá que sí. Que tener un ejemplar único o excepcional siempre valdrá la pena para quienes lo sepan apreciar. Además, en el caso presente, se trata de la primera aparición de uno de los personajes de la cultura pop más conocidos y queridos del mundo, lo que lo convierte en más deseable.

Por supuesto, una mayoría de nosotros puede pensar en usos más nobles o de perdido útiles para un millón de dólares. Pero da la casualidad que la mayoría de nosotros no tiene un millón de dólares... ni la pasión y sudoraciones frías que suelen acompañar al coleccionista que, por fin, encuentra lo que ha buscado toda la vida. Así que, después de todo, quizá sí sea dinero bien gastado.

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