Comentábamos ayer que a la caótica situación en Ciudad Juárez se le ha añadido un elemento novedoso: la intervención del FBI en el esclarecimiento de los recientes asesinatos de tres personas relacionadas con el Consulado norteamericano en esa frontera. Por primera vez desde que se declarara la famosa guerra contra el crimen organizado, el mítico Buró Federal de Investigación norteamericano va a colaborar de manera notoria con las fuerzas del orden mexicanas.
Decíamos también que mucha gente ha depositado sus esperanzas en los muchachos de traje oscuro y corbata sobria (como los uniformara J. Edgar Hoover hace décadas). Creen que la intervención de los federales norteamericanos puede desatar algunos Nudos Gordianos que, por la situación presente en nuestro país, nada más no se han dejado aflojar.
Y decíamos que no habría que esperar demasiado del FBI por varias razones, pero específicamente por dos:
Primero, que en Estados Unidos no atrapan a un capo, a un gran jefe del narcotráfico, pero ni de milagro. Semejante récord negativo tiene una de dos explicaciones: o hay una corrupción enorme en el cuerpo político y de seguridad de los Estados Unidos. O bien, las fuerzas policiacas están compuestas por unos chambones de una ineptitud pasmosa.
Rizando el rizo, la segunda razón por la que no hay que esperar mucho del FBI es que buena parte de su fama es más mito que otra cosa. De ello se encargó su fundador y cacique durante décadas, el citado J. Edgar Hoover, que promovió al Buró como una institución casi infalible, llena de buenos muchachos preparados y honrados, y en la que el más chimuelo mascaba fierro, el más tullido era alambrista, el más pelón se hacía trenzas. Y esa fama se sigue manteniendo a pesar de los desmentidos que le ha dado la necia realidad.
Sólo cabría recordar que los 20 terroristas responsables de los atentados del 11 de septiembre vivieron y estudiaron en Estados Unidos durante meses, sin que el FBI se enterara siquiera. Y cuando hubo una señal de alerta, de una oficial de campo en Arizona, la información se perdió en su infinita burocracia.
Pero hay otro recordatorio de la incapacidad de las fuerzas del orden norteamericanas, cortesía del mismísimo FBI: hace tres días, el listado de "Los hombres más buscados" por el Buró cumplió 60 años. Para conmemorar la efeméride, la revista TIME hizo un recuento de algunos de los más famosos que han aparecido en la lista... y que siguieron en la misma durante mucho, mucho tiempo. Ahí nomás pobremente, el señor Osama bin Laden ya lleva en cartelera más de una década. Y no es el único que ha sido de "los más buscados" y que han seguido perdidos durante años y años.
Así pues, la competencia del FBI no es como para asombrarse. Algunos deberían de bajar sus expectativas sobre lo que se puede lograr en Juárez. Que constituye, ciertamente, un reto prácticamente sin precedentes... en la historia del mundo, dejen ustedes México.