Desde que el nombre del juez hispano Baltasar Garzón se hizo internacionalmente conocido, por muy diversos procesos iniciados contra personajes que ni siquiera habían delinquido en la Península, nos hemos quedado con la impresión que los juzgadores de la Madre Patria son de armas tomar, y parecen desayunar gallo a diario. Y sí, al parecer por allá abundan los magistrados con los pantalones bien fajados. Les presento un ejemplo reciente:
El juez José Castro le sigue proceso al expresidente de las Islas Baleares, exministro del gabinete de Jose María Aznar y exdirigente del Partido Popular en el archipiélago, Jaume Matas Palou. Por los puestos que ha desempeñado, es notorio que se trata de un pez muy gordo. Ello no impidió que la justicia hispana lo investigara durante más de un año, y haya detectado la comisión de numerosos delitos; y de todo como en botica: malversación, prevaricación, cohecho, delito electoral, delito fiscal y falsedad documental. Nada más le faltó haber destruido el castillo de arena de un niño en las hermosas playas de Palma de Mallorca.
Según la investigación, Matas resultó bastante hábil para hacerse de dinero mediante triquiñuelas fiscales y contables, para beneficio propio, de su familia política y, lo más delicado, del Partido Popular, de derecha, el cual se encuentra hoy en día en la Oposición.
El juez Castro parece haberle agarrado inquina a Matas, dado que en su reciente resolución le ha impuesto una fianza de tres millones de euros, pagaderos en 72 horas. Como se atraviesa la Semana Santa, Matas va a tener de chanza hasta el miércoles. Si no aparece con semejante suma ante el juzgado en ese plazo, tendrá que pasar las Pascuas en chirona.
Es la fianza más alta que se le ha impuesto a un político español en la historia. Evidentemente el juez Castro le puso un cuatrito a Matas: si no paga, lo mete al bote; y si paga, queda demostrado que la fortuna del expresidente es considerable, y así el argumentar su oscuro origen será más fácil.
Además, en su auto, el juez Castro describe la manera guasona en que el político abordó las acusaciones en su contra. Y para que no quede duda de que lo trae entre ceja y ceja, asienta en el documento oficial: "Es claro que el Sr. Matas ha venido a burlarse de los simples mortales".
Ciertamente, en muchos lugares del mundo los políticos se creen superiores al resto de la Humanidad. Y cuando la ley intenta perjudicarlos, se muestran desdeñosos, intocables. Aquí lo interesante es que a Matas lo payaso le salió caro. Y muy probablemente acabe a fin de cuentas en prisión, así pague la fianza. Bien merecido se lo tiene. Y aquí, ¿cuándo veremos algo así? ¿Cuándo caerán esos peces gordos que tienen décadas ordeñando a patadas a este país? Y luego se extrañan que España haya entrado al Primer Mundo... y nosotros sigamos hundidos en el Tercero.