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EL COMENTARIO DE HOY

¡BUENA SUERTE, SEÑOR GOODLUCK!

FRANCISCO AMPARÁN

Y a todas las madrecitas, muchas felicidades. Especialmente a las mamás de los miembros de la clase política que, con su voracidad e ineptitud, impulsan la creencia de que nunca tuvieron una.

Nigeria es el país africano más poblado (150 millones), y uno de los más problemáticos. Empezando porque en él conviven varios grupos etnolingüísticos que han estado agarrados del chongo desde que las culebras andaban paradas. Además de que hay una evidente fisura religiosa: el norte es predominantemente musulmán, el sur cristiano o seguidor de las religiones nativas tradicionales. Buena parte de la riqueza del país proviene del petróleo del delta del río Níger... donde sus habitantes realizan ataques a los pozos, porque no ven un cinco de esos ingresos y tienen que vivir en la devastación ecológica dejada por la explotación del hidrocarburo. Además, en su grupo del Mundial les tocó la Argentina de Messi. Para acabar de fruncir lo arrugado, la casta política nigeriana es increíblemente corrupta. En comparación, nuestros rapaces políticos quedan al nivel de niños de arenero.

Un buen ejemplo de ello, y no es por hablar mal de los difuntos, era el recientemente fallecido presidente Umaru Yar'Adua. Este señor repartió puestos en el gobierno a toda su parentela, y poco le faltó para nombrar a su perro Ministro de Asuntos Caninos. Cabe hacer notar que alcanzó la Presidencia en una elección de 2007 tan sucia, que hace aparecer a los comicios en Oaxaca como casi casi británicos.

Su irresponsabilidad no se detuvo allí. Desde el otoño pasado, Yar'Adua dejó la chamba para irse a tratar una afección cardiaca en Arabia Saudita. Se fue como muchacha en sábado, sin avisar ni dejar providencias. El país quedó sin cabeza formal, y ya se imaginarán el caos resultante. Si con presidente en funciones, sabe Dios...

Yar'Adua regresó al país en febrero de este año, luego de una ausencia de más de tres meses. Pero no se dejó ver desde entonces: su camarilla más cercana impedía que nadie se le acercara, quizá para salvaguardar sus intereses. Finalmente, el miércoles pasado se anunció su deceso.

Constitucionalmente, el vicepresidente juró como nuevo titular del Ejecutivo. Lo interesante es que este señor tiene el simpático nombre de Goodluck Jonathan. Buena Suerte Jonathan. Quizá sea un augurio del futuro, pero quién sabe. En Indonesia, cuando Megawati Sukarnoputri fue presidenta, no puso ni un foco.

En todo caso, el señor Jonathan necesita toda la buena suerte que pueda. Los problemas de Nigeria son abismales, y las tensiones étnicas, religiosas y por el descontento popular debido a la corrupción gubernamental, pueden estallar en cualquier momento.

Desde aquí le deseamos lo mejor. Por si le sirve de algo.

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