Comentábamos el viernes que en las recientes elecciones nacionales en Filipinas encontramos algunos apellidos conocidos. De hecho, el candidato presidencial puntero es hijo de una expresidenta; que a su vez es viuda de un senador de Oposición al Gobierno autoritario de Ferdinand Marcos.
Entre esos apellidos familiares el colmo fue hallar, precisamente, a la viuda del expresidente Marcos, Imelda. La cual es universalmente conocida por su desmesurado gusto por las chanclas. Sí, ya sé que es mujer. Pero como que su voracidad por el calzado está fuera de toda proporción. Imelda es a los zapatos lo que Catalina la Grande al sexo.
Quizá las nuevas generaciones, las nacidas en los últimos 30 años, no sepan por qué es famosa Imelda Marcos. Ahí les va: en 1983 Benigno Aquino II, el padre del actual presidente electo, fue asesinado en plena pista de aterrizaje del aeropuerto de Manila, luego de haber dado cinco pasos en suelo filipino de regreso del exilio. Una mayoría de la población culpó a Ferdinand Marcos del asesinato. El descontento por ese crimen y por una prolongada crisis económica condujo a una serie de movimientos de resistencia y protesta populares, que culminaron en 1986 con lo que se dio en llamar el People Power, una rebelión mayormente pacífica de amplias capas de la población. Ante la imposibilidad de contener las protestas, los Marcos decidieron poner pies en polvorosa. Lo hicieron tan precipitadamente, que no les dio tiempo de recoger muchas de sus chivas. De manera tal que cuando la multitud forzó la entrada al Palacio Presidencial de Malacañang, se toparon de manos a boca con las habitaciones y armarios de la pareja. Y en los aposentos de Imelda hallaron zapatos. Muuuuchos zapatos. Cientos, miles de pares de zapatos. De todo tipo, estilo y uso. Imelda se convirtió automáticamente en el referente universal para los chistes sobre mujeres chachareras. Imelda Marcos regresó del exilio en 1991. Se postuló para presidenta, lo que nos da una idea de su desapego a la realidad; por supuesto, fue barrida. Pero ha seguido activa. De hecho, acaba de recuperar su escaño en el Congreso filipino. Y algo que no sabíamos: en 2001 había fundado el Museo del Calzado de Marikina City. La miga del museo es, por supuesto, una parte de su propia colección.
Marikina es el barrio de los fabricantes de zapatos de Manila. Por tanto, no podría haber mejor localización para un acervo que es conocido en todo el mundo. Y por supuesto, sobran los turistas que se dan su vuelta, por morbo o simple nostalgia de cuando los chistes sobre damas manirrotas eran políticamente correctos. El museo contiene 758 pares de calzado. Cantidad que, conociendo a Imelda, resulta una bicoca. De hecho, un vocero de la exprimera dama reconoció que su colección actual ronda los cinco mil pares. ¡Imelda todavía tiene cinco mil pares de zapatos! ¡A los 77 años! ¿Cuánto espera vivir para estrenarlos todos?
En fin: genio y figura, hasta la sepultura... o la zapatería.