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EL COMENTARIO DE HOY

EL COLMO DEL ABURRIMIENTO

FRANCISCO AMPARÁN

Una de las grandes ironías de la vida es que mucha gente se desloma trabajando durante décadas con el objetivo de retirarse con relativa tranquilidad, y pasársela cachetona sus últimos años o décadas; pero cuando llega el momento de tirarse a la bartola, se encuentran con que no soportan la inactividad y la calma. Ven pasar el tiempo con extremada lentitud; y literalmente se mueren de aburrimiento.

Ello puede trasladarse a ciertas sociedades: aquellas que tienen asegurada la existencia, con frecuencia se sienten desorientadas, insatisfechas, agobiadas por el tedio. Los suecos tienen el mejor nivel de vida de cualquier sociedad en la historia. Allá prácticamente no hay pobreza; los niveles de delincuencia son bajísimos; tienen la más alta expectativa de vida; gozan de excelentes servicios educativos, de salud y de vivienda. Más aún, sus mujeres suelen ser suecas. Y sin embargo, Suecia tiene uno de los niveles de suicidios más altos del mundo. Algunos sencillamente no soportan tener la vida asegurada, y estar tan poco expuestos a las vicisitudes del destino.

A otras sociedades europeas les sucede algo por el estilo, aunque afrontan su segurísima vida de maneras menos radicales. Ello, sencillamente porque saben sacarle mejor provecho y más jugo a la existencia que los muy serios y metódicos escandinavos. Digo, españoles, franceses e italianos, ésos sí de veras que saben cómo vivir. Pero también necesitan de vez en cuando un poquito de excitación y sorpresa.

Con ello en mente, un francés emprendedor diseñó una compañía cuyo objetivo es hacer que sus clientes salgan de la rutina y le pongan un poquito de emoción a sus vidas. ¿Cómo? Muy sencillo: simulando su secuestro.

En efecto: Ultime Réalité, la empresa que promueve estos servicios, contrata a policías y militares retirados para realizar los plagios, por los que los clientes pagan al menos 900 euros (unos 15 mil pesos) por la simulación más sencilla, que dura sólo 4 horas. Ya si se quiere cartita con letras recortadas, llamadas telefónicas con voz distorsionada y todo el numerito, el asunto le sale más caro. Según el sapo es la pedrada. Ah, y no se vale regalar el servicio: el que lo contrata es el que tiene que pasar por la ordalía.

El rapto se organiza como una película. Se escribe un guión en el que el cliente es el protagonista, y luego se crea un escenario, se contrata a los supuestos secuestradores y la compañía detalla hasta el más mínimo gesto de todos sus empleados. No se permiten golpes ni desnudez, aunque el cliente lo solicite. Todo el drama es grabado para que quede constancia de que se cumplieron los requisitos contratados... y quizá para que el cliente luego deleite a sus amistades con las peripecias de su secuestro.

Sí, ya sé lo que están pensando. Que acá les podrían hacer el trabajito de a gratis. Bueno, no exactamente. A fin de cuentas, sí tendrían que pagar. Quizá con sus vidas. Por eso mejor lo hacen allá de a "mentis". Como solía decir mi madre, no hay loco que coma lumbre. Por muy aburrido que esté.

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