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EL COMENTARIO DE HOY

EL IMPERIO (Y LA EDAD) CONTRAATACA

FRANCISCO AMPARÁN

Parece que fue ayer. Bueno, no exactamente. Pero no se siente que haya sido hace mucho, mucho tiempo, en una galaxia muy lejana. El caso es que este mes se cumplieron treinta (¡Treinta!) años de que se estrenara "El Imperio contraataca", la segunda parte de la trilogía original de "La Guerra de las Galaxias". Lo cual, ciertamente, no hace sino demostrarnos lo viejos que nos hemos vuelto.

Cuando se estrenó "La Guerra de las Galaxias" en 1977, los espectadores nos quedamos boquiabiertos y patidifusos con el alarde de efectos especiales. Por ello, cuando se anunció una secuela de la cinta original, estábamos esperando todo un espectáculo. El producto no nos decepcionó.

A "El imperio contraataca" le ocurre algo muy raro en una secuela: para mucha gente, es la mejor película de toda la serie, pese a que, al terminar, todo el argumento queda en suspenso. Esto es, nada se resuelve. Lo único que sabemos de cierto es que Darth Vader es, en efecto, el papá de Luke. Y eso se lo anuncia faltando diez minutos para que termine el filme.

¿Cuál es la fascinación de esta película? Algunos apuntan al tono oscuro, sombrío, que la permea: es la película menos optimista de todas, y deja un sabor agridulce. Otros se lo explican por la aparición de un personaje al mismo tiempo delicioso y exasperante, el viejo maestro Yoda, que representa al educador que nos marcó en algún momento de nuestra vida, aunque mucho más chaparro y de color verdoso. Otros más, al épico duelo entre padre e hijo, donde tantas cosas se revelan. En fin, que cada quién tiene su muy particular noción del porqué del perdurable éxito de esta película.

El caso es que ya transcurrió más de la mitad de nuestra vida desde que se estrenó "El Imperio contraataca". ¿Y a que no saben qué? Que, como decíamos al principio, no parece que haya transcurrido tanto tiempo. Aunque habría que poner las cosas en perspectiva. Vamos a ver:

El presidente de México era José López Portillo, que en esos momentos nos estaba endeudando a un ritmo de mil millones de dólares al mes. El dólar estaba a unos 22 pesos, de los de entonces. El teléfono celular y el Walkman habían sido inventados el año anterior, y nadie los conocía en México. No había una sola computadora personal en este planeta. La forma más común de reproducir música era el casete. Los hombres más poderosos del mundo eran Jimmy Carter y Leónidas Brezhnev. Lech Walesa es un simple líder sindical y Saddam Hussein fue entusiastamente apoyado por Estados Unidos al atacar a Irán. El campeón goleador de ese año fue Evanivaldo Castro, Cabinho...

¿Saben qué? Mejor ahí le dejamos. Ahora sí nos cayó el veinte de que todo eso pasó hace mucho, mucho tiempo, en una galaxia muy lejana.

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