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EL COMENTARIO DE HOY

Las conjuras de los necios

FRANCISCO AMPARÁN

Una de la novelas más lúcidas, divertidas y ácidas del Siglo XX norteamericano es "La conjura de los necios", de John Kennedy Toole. El título, de por sí magnífico, hace referencia al apotegma de Johnatan Swift: "Se sabe que alguien es un genio cuando los necios conspiran en su contra". El problema es que, de acuerdo a esa fórmula, resulta muy difícil ver si un individuo es realmente genial, porque nadie acepta que es necio. Los necios siempre dicen que los otros, los que no piensan como ellos, son los necios.

Sin embargo, en los últimos días muchos mexicanos nos hemos sentido víctimas de un par de conjuras de necios de distinta variedad. Los cuales, como tiene que ser, no admiten que lo son.

Creo que, a los ojos de la culta y conocedora afición mexicana, Javier Aguirre ya se ganó un histórico lugar como modelo y ejemplo de la necedad. El empeñarse en poner como eje de ataque al Guille Franco, pese a su nulo rendimiento, no tiene explicación lógica... pero es una decisión que Aguirre defendió a capa y espada. Necedad pura.

Mandar de inicio a Cuauhtémoc Blanco, sabiendo (como lo sabemos todos) que el tipo no tiene piernas ni pulmones para más de 30 minutos, tampoco tiene ningún tipo de racionalidad... excepto si es para demostrarle a sus detractores que Aguirre se puede salir con la suya, aún poniendo al Naco Mayor al borde del infarto. Por cierto, la FIFA está considerando seriamente multar a México por conducta antideportiva: poner bultos de cemento en la cancha se considera una falta al fair play.

A propósito de estorbos: el colmo de la necedad fue no sólo llevar a Sudáfrica al Bofo Bautista, sino alinearlo de inicio ¡contra Argentina! Que yo sepa, no hay un solo aficionado que haya entendido esa decisión, dejen ustedes que haya estado de acuerdo con ella. Lo peor es que lo estúpido de la misma resulta estadísticamente comprobable: según el registro electrónico de la distancia recorrida por los jugadores, en el medio tiempo que jugó (bueno, es un decir), el Bofo corrió (o caminó) menos distancia (5,297 mts.) que ¡El Conejo Pérez! (5,552 mts.). Me dirán que el Conejo jugó todo el partido. Sí, pero el Conejo es portero. Dudo que haya ocurrido algo semejante en la historia del futbol planetario, dejen ustedes en una Copa del Mundo.

Pero otros necios se conjuraron para que le fuera mal al necio de Aguirre y sus entenados: los mafiosos de la FIFA, que siguen montados en su macho de no utilizar la tecnología existente para eliminar las injusticias, fruto de la ineficiencia y humanos yerros de los árbitros. Esto afectó no sólo a México (al que Argentina le clavó una anotación en posición ilegal), sino a Inglaterra, cuando no se dio por bueno un gol que había entrado medio metro en la portería. Que ambos errores ocurrieran el mismo día, transmitidos a nivel mundial, puso en evidencia lo cara (y peligrosa) que resulta la necedad de Blatterone y su consejo de mafiosos.

En fin, que los necios pueden resultar no sólo enfadosos... sino una auténtica amenaza para la salud mental y emocional de mucha gente.

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