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El desarrollo de la organización en la escuela

ROLANDO CRUZ GARCÍA

México se ha caracterizado en los últimos años, por ser uno de los países con mayor actividad exportadora, productora de bienes y servicios, con evidentes mejoras en la calidad de sus productos, con avances en competitividad y globalidad, etc. Pero desgraciadamente en el sector educativo, en lo general, no hemos logrado trasladar estos panoramas productivos al desarrollo organizacional de nuestras escuelas; salvo honrosas excepciones (la mayoría de ellas en educación privada), no logramos permear a nuestras instituciones de una visión estructural y estratégica que les permita trascender y convertirse en entidades exitosas y altamente competitivas.

Para diseñar estructuralmente a una organización, especialmente compleja, como son nuestras escuelas (de todos los niveles educativos), debemos partir de la (re) definición de las áreas, los niveles, las interacciones, sus componentes, los roles y los puestos que habrán de conformarla, además de los criterios con los que serán evaluadas. Para lograr que este proceso se cumpla, los directivos deben permitir y promover que las escuelas entren en una dinámica permanente de búsqueda, que les permita encontrar su desarrollo óptimo; dicho proceso se basa en los siguientes aspectos: permitir la incesante interacción entre áreas y niveles, fortaleciendo la flexibilidad y la adaptación a los cambios. Cuántos directivos escolares conocemos que centralizan las decisiones y no promueven interrelaciones productivas entre dichos sectores.

Al redefinir los puestos, los roles y las responsabilidades, se evita la duplicidad de funciones, el desperdicio de recursos y el excesivo burocratismo en los procedimientos. Cuántas instituciones viven presa de los vicios antes mencionados.

Establecer sólo los niveles necesarios en la organización, más horizontalizados y flexibles, que rígidos y verticales; promoviendo la participación y el reconocimiento de todos y cada uno de los elementos de la organización.

Tanto el desarrollo estructural como sus correspondientes estrategias, están íntimamente relacionadas con la administración de los recursos humanos en la organización y se deberán reflejar al menos en tres ámbitos bien definidos: lo tecnológico, lo sociopolítico y lo cultural. Lo anterior contribuye a la articulación de los elementos de la institución educativa permitiendo líneas de interacción, de codependencia y de equipos tipo staff (símil a un equipo deportivo), interdisciplinarios y matriciales.

En las últimas décadas, en nuestro país se ha privilegiado en las empresas, la creación de estructuras cada vez más planas u horizontalizadas, que constan sólo de tres niveles: operativo, gerencial o de supervisión y directivo (o de alta dirección en casos más corporativos); mientras que en muchas instituciones educativas tenemos aún estructuras verticales, de siete niveles o más, rígidas, autoritarias, inflexibles, altamente burocráticas y muchos otros lamentables etcéteras.

En las organizaciones altamente desarrolladas se privilegia la formación permanente de todo el personal, con amplios programas de capacitación y actualización, considerándolos como una inversión y no como un gasto, tomándolos como base para el ingreso, la promoción y la permanencia del personal; en cambio, en las escuelas sólo se capacita a medias a los maestros, no al resto del personal y se considera un gasto inútil y poco productivo.

En las empresas de alto rendimiento, se conforman equipos de trabajo autogestivos, capaces de dirigirse, administrarse y evaluarse, mientras en nuestras escuelas el trabajo colaborativo es casi nulo, individualista y aislado; de aquí la necesidad de que los directivos escolares sepan de la formación de equipos de trabajo, ya que no es lo mismo un grupo de personas que trabajan en un mismo sitio, que un equipo en toda la extensión de la palabra.

Los equipos de trabajo se basan en objetivos comunes, generan interdependencia positiva para la realización de las tareas, participan en todos los procesos y en la solución de problemas, no tienen delimitación física ni funcional (todos hacen y saben hacer todo). A diferencia de las escuelas en donde cada quien tiene su trabajo separado por áreas físicas y funciones muy acotadas por los "profesiogramas".

Me voy a permitir respetuosamente, remitir a mis compañeros directivos algunas sugerencias para desarrollar equipos de trabajo en sus instituciones: enfóquense en la solución de problemas reales y sustantivos, todos los integrantes de la institución desarrollen actitudes y aptitudes de participación, si es necesario búsquense apoyos externos, privilégiense los resultados evaluando permanentemente los procesos y los contenidos, búsquese siempre la integralidad eliminando los procesos parciales o atomizados, desarróllese la objetividad compartiendo subjetividades, promuévase siempre la actividad y el trabajo intenso, hágase lo importante y no sólo lo urgente, más otros muchos etcéteras.

Una de las paradojas del desarrollo de las organizaciones, es aquella que asegura que personas distintas, que operan en un mismo sistema, tienden a generar los mismos resultados; sabemos que en instituciones tan complejas como son las educativas, personas distintas generan resultados extraordinariamente disímbolos.

El gran reto es lograr que los objetivos educativos se cumplan con personas diferentes, redefiniendo la manera de trabajar en conjunto, más que con esfuerzos aislados, generando resultados sobresalientes, estableciendo las nuevas reglas del juego, en las que los logros son de todos, no sólo de los directivos.

Agradezco sus comentarios

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