Conversado con unos buenos amigos hace algunos días sobre las compras en los centros comerciales, la crisis económica, la inseguridad y del penalty fallado por Vuoso, temas que me imagino estarán hablando miles de laguneros en este momento, nos quedamos reflexionando sobre algo en particular: "Que difícil es disfrutar cuando tenemos un logro".
Para abrir boca cito el ejemplo del señor que va al centro comercial donde a precio de contado y en cómodas mensualidades y con descuento compra su pantalla de plasma muy bonita para ver el regreso del Pony Ruiz a La Laguna. Va contento con la esposa e incluso le compra un vestido porque también está en facilidades, de firme ahora y escóndase después. Desafortunadamente cuando empieza a pagar la primera de 300 mensualidades, se enoja porque tiene que desembolsar el dinero para pagar la pantalla de plasma y hasta el juego de la Selección le parece fatal, no porque juegue mal, sino porque siente que le están robando. ¿Qué pasó? Existe la incapacidad para disfrutar. Yo sé que mis estimados lectores amantes de los penaltis dirán, este "psicólogo ve cómo vivimos y dice que no disfrutamos". ¿Quién puede disfrutar con tanta inseguridad? Desde luego que existe y tendrán toda la razón, pero también existen cosas que están en nuestras manos que podemos cambiar.
Otro ejemplo, el empleado que tiene una promoción en el empleo gracias a sus esfuerzos y buenos resultados. De inicio festeja, se siente valorado e incluso invita a sus cuates a una rica carne asada. Pasean dos semanas y está de genio, dice que el trabajo no lo aguanta, que no alcanza el dinero para nada, etc.
Lo que pasa es que no disfruta y valora su crecimiento, se enfoca totalmente en el trajín de la vida diaria y si antes ganaba cierta cantidad de dinero, ahora no completa por la simple y sencilla razón de que ahora gasta más, lo cual da como ecuación matemática: gano más, gasto más.
Incluso todavía habría otro paso, desafortunadamente muy común en la población mexicana, después del gasto culparía al gobierno de no completar, de que su esposa es muy exigente y de que el dinero no alcanza para maldita la cosa. En otras palabras hablaríamos de la victimizacion. Que por cierto genera más adeptos que la responsabilidad.
¿Por qué nos cuesta tanto trabajo entonces disfrutar? Por la simple y sencilla razón de que ganamos más con la vitimización. ¿A poco creen que las novelas tienen éxito por los actores? No. lo tienen porque promueven la vitimización por encima de la responsabilidad. Si no escuchen los discursos de nuestro presidente en Canadá y Estados Unidos, con aplausos y halagos de los congresistas. Hasta me confundí por un momento, pensé que estaba hablando López Portillo con todo y los acarreados de los años 80, no por Sasha Montenegro, por cierto, sino por las tortas.
Dimos dos ejemplos de personas que ejercieron su decisión, pero pudiéramos decir que una actitud sana es la de aquél que no compra la pantalla y decide ahorrar el dinero y salir de vacaciones. No compró la pantalla, pero se esperó para disfrutar su viaje. De todos modos aunque lo viera más grande la pelota no iba a entrar porque Vuoso la mandó a las gradas.
En una cultura donde estamos envueltos en victimizarnos, a culpar a los demás, a no buscar conseguir nuestras metas y no sentirnos capaces de ser merecedores de algo mejor, sería prudente hacer una alto en el camino y ver cuál es nuestro paradigma en la vida. ¿Qué nos hace felices? ¿A dónde vamos? ¿Cuáles son nuestros objetivos a corto y a largo plazo? Y todavía más importante ¿Qué me toca hacer a mí para tener la vida que yo quiero y la sociedad que deseo? Si su respuesta es nada, perfecto, sólo sea feliz y no se queje. Si por el contrario su respuesta es quiero una sociedad y familia mejor empiece a ser congruente, predicar con el ejemplo y disfrutar lo que usted haya decidido que así sea. Si sólo podemos reunirnos con los amigos en la tarde, adelante, pero no pretendamos hacer una carne asada a las dos de la madrugada en pleno centro de la ciudad.
Sé que algunos dirán que es optimismo y que nada se puede hacer, sin embargo estoy convencido de que en mi área de influencia siempre podré hacer algo por conseguir mis objetivos.
O ¿usted qué cree? Para empezar dejemos de culpar a los jugadores del Santos, porque ellos no son responsables de mi felicidad, ni de que yo me pelee con mi esposa.
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