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EL FILÓSOFO DE GÜÉMEZ LA AUTOESTIMA

RAMÓN DURÓN RUIZ

El viejo Filósofo de Güémez, se declara abiertamente agradecido con los cientos de bendiciones que Dios provee amorosamente a su vida: la salud, la familia, el techo, la comida, el trabajo, la educación, la amistad, el sueño reparador, emanar vibraciones de paz, etcétera.

Y por si lo anterior fuese poco, el Señor cada mañana me regala un espectáculo excepcional, el más maravilloso desfile de belleza que se pueda conocer, decenas de madres que llevan de la mano a sus hijos -después de dar los sagrados alimentos en su hogar- a que sacien su alma de conocimientos a las escuelas públicas que el país tiene por toda la geografía nacional.

A los regalos anteriores se suma uno más, el de una joven que por donde pasa captura la mirada de todos, modesta mujer con una presencia que como imán, atrapa a los transeúntes; es una jovencita -de unos 20 años de edad- su madre fue violada y producto de la violación nació ella; diariamente viste la misma ropa y calza unas sencillas patas de gallo, debajo de su recortada blusa sale a relucir una enorme llanta que rodea su cintura y abajo de esa llanta, sale otra todavía más voluminosa.

En sus piernas y brazos se refleja una celulitis enorme, su pelo desteñido, con unos 10 centímetros de raíz negra, para continuar con un güero modesto, su rostro no es bello; es decir la joven en comento, no cumple mínimamente con los estándares de los concursos de belleza promovidos por la Tv.

¡Ah!, pero eso sí, es poseedora de una suave cadencia al caminar que la hacen dueña de la banqueta por donde transita, ¿Qué tiene esta jovencita que la hace a pesar de su mínima belleza física, sea espectacular? Pues muy sencillo, es poseedora de una elevada autoestima -que ya quisieran muchas de las bellezas del medio artístico- que la convierte en una mujer espectacular.

"Todos tenemos días difíciles, cuántas veces el panorama es desalentador, pero de pronto encontramos la solución a nuestro problema, porque tenemos renovadas actitudes; la autoestima es mucho más importante que la inteligencia, la educación, el talento o la suerte; es la elección más trascendente que tomamos al construir nuestra vida, porque impacta en todo lo que hacemos."1

Cada nuevo amanecer, una elevada autoestima es el punto de partida del éxito y la felicidad, podemos cambiar nuestra vida si modificamos nuestras actitudes, que no son otra cosa que un punto de vista mental, son pensamientos y sentimientos que suceden en nuestro interior.

Aquellos que gozan de una alta autoestima tienen actitudes positivas, siempre esperan lo mejor; mientras que las que tienen una autoestima baja esperan lo peor; lo increíble es que, en ambos casos, las expectativas se cumplen.

Una autoestima hasta el cielo nos reencuentra con la esencia de la vida: la salud, el amor y la felicidad; nos lleva a ver la vida desde un punto de vista más positivo, elimina la angustia y la depresión, aumentando el tono de ánimo; nos hace más creativos, facilita la comunicación.

Tener una encumbrada autoestima nos lleva a gozar del amor, a no sufrir de abandono y soledad; nos transporta a disfrutar la vida y reencontrarnos con nosotros mismos; propicia cambios positivos en el organismo.

Existen pruebas del valor terapéutico de gozar de una elevada autoestima: reducción del estrés, tolerancia al dolor, mejorada capacidad para afrontar las enfermedades, percepción subjetiva de mejor salud, aumento del tono de ánimo, espíritu creativo, mejor imaginación, disminución de las preocupaciones, etcétera.

Una elevada autoestima, genera un estado de ánimo tan poderoso que es capaz de transformar lo simple en extraordinario. En la vida nos pueden robar muchas cosas, menos nuestro ser, la valía interior; cuando la autoestima esté por las nubes, alimentada por la más rica actitud mental positiva, nada nos detendrá, esta vida es para los que creen en sí mismos: si no nos aprobamos nosotros mismos, ¿quién nos va a aprobar? Si no nos interesamos por lo que hacemos, ¿a quién habrá de interesarle? Si no confiamos en nuestras propias decisiones, ¿quién habrá de confiar en ellas? Si persistimos en vivir en el ayer, ¿cómo no habremos de temer al mañana?2

1. Mañana será otro día. Autor anónimo. Enviado 01/07/2005http://foros.proverbia.net/topic.asp?TOPIC_ID=4637&whichpage=18

2. Óscar Díaz Falfán. http://tresdiaz.blogspot.com/2008/07/encuentrate-ti-mismo.html

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