El Filósofo de Güémez En nuestros pueblos hay gente excepcional llena de dones; se llama don porque es la amorosa manera de entregar su poder en la totalidad al servicio del prójimo. Esta fecha en la que conmemoramos el Nacimiento de Jesús, es propicia para que entregues todos tus dones al servicio de tu espacio vital; tiempo en el que te des permiso para abrazar, sonreír y ser feliz, animándote a soñar con un mundo y una vida mejor. Época en la que te permitas perdonar, que es la mejor manera para que tu espíritu levante vuelo, olvidar los problemas y reflexionar.
Oportunidad para que camines de la mano de Dios hacia el pesebre, experimentando el bienestar generado por el amor y la paz interna. Navidad es oportunidad para que invites al Señor a tu corazón llenando tu mundo de luz, dar gracias a Jesús porque te permite celebrar con Él la Navidad; Él quiere que hagas de tu vida una eterna Navidad, donde la paz, el amor, la fe, la abundancia de bienes y la convicción de un mundo en armonía, llenen tu vida no en un mes, sino por el resto de tu existencia.
Esta es fecha propicia para que te reencuentres con la esencia de la vida a través de la oración, que es el camino más corto para llegar a las manos de Dios, la manera más sencilla de conectarte con el Señor, la forma más humilde de encontrarte con lo mejor que la vida tiene especialmente para ti. La oración abre puertas que la razón cierra, porque “todos los caminos conducen al cielo”, la oración es la vía que nos encuentra con el Señor cuando buscamos una luz en los intrincados caminos de la vida, nos lleva a no esperar nuestra felicidad, sino a salir a su encuentro, porque no existe en el universo nada más sublime que un hombre, una mujer una familia en oración, todas las bellezas palidecen ante su poder.
La oración nos lleva a saber que la vida es como las rosas: a pesar de su hermosura resulta inevitable que tenga espinas; nos lleva a irradiar amor y esperanza a los cuatro puntos cardinales, nos conduce a comprender que Dios es experto en aquello que la humana razón considera imposible. La oración tiene esa sutil magia que nos lleva a saber que hay una vida sorprendente y mejor, nos conduce a planificar nuestras acciones y emociones embonando a la perfección las piezas de la vida. La oración nos conduce a sacar el máximo provecho de nuestra energía espiritual, entregándonos a cambio una sorprendente salud física y mental, una regocijante paz interior, un amor con un caleidoscopio multicolor, transportándonos al encuentro con las cosas más sorprendentes, agradables y bellas del universo.
La oración, por más sencilla que sea, nos traslada a entender que la vida no sólo es para la obtención de las ganancias materiales, el poder, el dinero o la simple sobrevivencia, sino a entender que estamos en este paso terrenal para amar, trascender y ser felices, porque la oración tiene ese don divino de reencontrarnos con nosotros mismos, con nuestro ser interior, sabiendo que llegamos aquí por amor y que en consecuencia… Dios nos ama. Navidad es para las mujeres y hombres de buena voluntad, fecha en la que olvidándose los rencores, se acrecienta el amor, tiempo donde anida la nostalgia por los seres amados que ya partieron o por aquellos que están lejos del hogar.
Hoy es fecha para que invites a Jesús a tu mesa, él te corresponderá llenándola de bendiciones, te apoyará para edificar una excepcional Navidad donde la paz, la esperanza, el amor, la luz y la certeza de un 2011 pleno de abundancia de bienes y prosperidad, colmarán tu hogar para siempre. Hoy, en tu abundancia o escasez, en la salud o sin ésta, en la soledad o el acompañamiento, en el dolor o la alegría, los deseos de este viejo y ajetreado filósofo se convierten en un haz de voluntades: ¡Que Dios dé rumbo a tu camino, ilumine tu morada, llene tu vida y la de tu familia, de trabajo, salud, bendiciones y felicidad, que tus sueños se hagan realidad en el año que está por nacer!..
Época en la que te permitas perdonar, que es la mejor manera para que tu espíritu levante vuelo, olvidar los problemas y reflexionar. Oportunidad para que camines de la mano de Dios hacia el pesebre, experimentando el bienestar generado por el amor y la paz interna.
¡FELIZ NAVIDAD!
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