Cuando el hoy secuestrado Diego Fernández de Cevallos hizo todo lo que estuvo a su alcance para impedir desde el Senado el reconocimiento de la autonomía de los pueblos indígenas pactada en los llamados acuerdos de San Andrés Larraínzar, el jefe militar del EZLN, Rafael Sebastián Guillén Vicente o Subcomandante Marcos, le dijo que se comportaba como reyecito y que se creía señor feudal al discriminar a los indígenas.
Más allá del debate sobre las autonomías indígenas, la descripción de Marcos fue certera. Ese ha sido el comportamiento de El Jefe Diego en su carrera política mediante el uso y abuso del poder que le dieron los cargos de representación popular para ganar litigios multimillonarios en la práctica privada como abogado.
No es intención de este comentario meterse en asuntos de su vida personal aunque algunos pasajes de la pública nos remiten inevitablemente a ella. Baste recordar, por ejemplo, cuando llamó viejerío a las mujeres votantes, lo que desveló un carácter machista e intransigente. Y vienen al caso estos recuerdos porque ahora se sabe de conductas que no pueden quedar fuera del ámbito del interés público, aunque sean consecuencia de la personal, por relacionarse con el comportamiento del menor de los hijos del político hoy en desgracia.
Jimena Marín-Foucher Gómez se casó en julio de 2004 con Diego Fernández de Cevallos y Gutiérrez, el más joven de los hijos de El Jefe Diego. La pareja tiene dos pequeños hijos: Diego Manuel y David. Jimena asegura que por malos tratos, violencia intrafamiliar y amenazas, iniciaron un procedimiento de divorcio del que derivó una resolución del juez tercero de lo familiar en Querétaro mediante la cual se le concedió a ella la custodia provisional de los niños durante el juicio, y la prohibición expresa al padre de acercarse a ellos.
En una carta pública dirigida el pasado 7 de noviembre a la Presidencia de la República, Jimena Marín-Foucher explica que en ese contexto de violencia y amenazas - agravado después del secuestro de El Jefe Diego el pasado 14 de mayo- se fue con sus hijos a Cozumel para refugiarse en casa de sus padres.
Hasta el domicilio de los suegros llegó el joven Fernández de Cevallos y Gutiérrez el pasado 28 de octubre, acompañado de su medio hermano Rodrigo y su primo Miguel. Irrumpió violentamente, apoyado por la Policía municipal de Cozumel, por policías de tránsito, bomberos y agentes de la Federal Ministerial. Ella fue encañonada y sus padres golpeados. Fernández de Cevallos y Gutiérrez se llevó a los hijos.
Las autoridades justificaron el despliegue de fuerza con una orden del juez primero familiar también de Querétaro, José Manuel Peñaloza Hernández quien, ignorando la resolución del juez tercero y con el argumento de que la mujer había abandonado el hogar, resolvió la custodia de los niños a favor de Fernández de Cevallos y Gutiérrez. Diligente, Peñaloza Hernández se comunicó con su colega en Cozumel Juan Carlos Quintal Canú para que girara -cosa que hizo de inmediato- una orden de medida urgente de custodia y restitución de menores que las policías citadas respaldaron sin chistar.
Tocará a los jueces dictaminar sobre este diferendo civil y dar la razón a quien en el juicio de divorcio la tenga. Lo que resulta inadmisible son conductas como las denunciadas, que denotan, inocultablemente, abuso de poder, tráfico de influencias e impunidad, los cánceres deplorables que poco a poco corroen nuestro cuerpo social.
JUGUETES. El viernes pasado en el noticiario estelar de la CBS, Felipe Calderón le mostró a los estadounidenses algo que aquí no ha mostrado: el búnker contra la delincuencia organizada construido en algún sitio subterráneo del DF. Les dijo que contiene todos los "juguetes" de los que se dispone en la serie de televisión estadounidense 24, de la cadena Fox. Así les llamó, juguetes. ¿Jugará a la guerra?
2. CULTURA. Con una inversión de 14 millones de dólares, la Universidad Anáhuac, que dirige Jesús Quirce Andrés, se construye el Centro Cultural Ytzak Rabin en terrenos de esa casa de estudios. Ya se colocó la primera piedra de las instalaciones que albergarán el nuevo auditorio del campus, un museo de arte y talleres multifuncionales que los alumnos compartirán con familias de la zona donde está ubicada la universidad.
