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El leopardo

GILBERTO SERNA

En el asunto de la niña que desapareció de su cama, son variadas las versiones que hemos leído. Primera, que simplemente había desaparecido, como si por pases mágicos se hubiera esfumado. Segunda, que había sido plagiada. Tercera como por ensalmo, apareció increíblemente en su cama, ya sin vida, por lo cual después de una brillante y sesuda deducción, se dijo que hubo un homicidio, que técnicamente en realidad sería, en su caso, un infanticidio. Tercera, que la niña estando dormida, resbaló quedando prensada entre el colchón y la tarima de la cama y dada su discapacidad -no hablaba, carecía de fuerza motriz-, se asfixió, sin posibilidad de pedir auxilio, los cerebros de la Procuraduría de Justicia, concluyeron con un ¡aaah! fue accidente. Aquí hay una verdad obvia y evidente, las autoridades del Estado de México están dando palos de ciego, los que nos trae a la memoria la fábula intitulada Los ciegos y el elefante, que es del tenor siguiente: cuentan que seis ciegos un día decidieron estudiar completamente al elefante, animal que nunca vieron. Más si ver no podían, es claro, juzgar si, pensaron y dijeron.

El primero se acercó al elefante, que en pie se hallaba; tocó su flanco alto y duro; palpó bien y declaró: ¡Ya lo tengo! El elefante ¡es igual que una pared! El segundo, de un colmillo tocó la punta aguzada, y sin más dijo: ¡está clarísimo! Mi opinión está tomada: Bien veo que el elefante ¡es lo mismo que una espada! Toca la trompa el tercero, y, en seguida, de esta suerte habla a los otros muy fuerte: es largo, redondo, repelente... ¡El elefante, señores, es una enorme serpiente! El cuarto, osado y animoso, por una pata trepa; ¡oh, que tronco más gordo! -exclama. Y luego dice a los otros: Amigos, ¡esto es un árbol añoso! El quinto toca una oreja y proclama: ¡Amigos, colegas míos, equivocados estáis completamente!, yo os digo que ¡el elefante es -obviamente- un raro y extraño abanico!, El sexto, al fin, coge el rabo. Se agarra bien, trepa... ¡Vamos, vamos, compañeros; ninguno en su juicio acierta! El elefante es... ¡tocadlo!, una soga... Sí ¡una cuerda! Los ciegos disputan y se querellan; cada uno seguro de haber hecho bien su prueba... ¡Todos con una pizca de razón... y todos yerran!

El mensaje o moraleja de este apólogo, es: sólo por que la autoridad dice que tal o cual versión es verdad, no significa que los demás lo creamos. De lo que se ha oído son muchos los intereses que concurren al evento. Es rarísimo que los padres no se hubieran percatado que alguien se llevó a la niña y que ese alguien la regresó posteriormente al departamento donde vivía con sus padres. Entraba (n) o salía (n) sin que nadie lo notara. Han transcurrido varias semanas sin que se sepa qué ocurrió y cómo paso. Un día las investigaciones dicen una cosa y unas tantas horas después varían su dicho. Todo indica que están buscando una solución ad hoc al tremebundo enredijo. La hallarán sin duda. ¿Cuándo?, ¿el día que encuentren a quien esté dispuesto a cargar con la culpa? Esto último no creo les dé resultado. Se necesitaría un taumaturgo capaz de demostrar que es de noche a plena luz del día. Si la conciencia no se los reprocha, ahí se la llevan, hasta que la comunidad se canse de oír del asunto.

Sin embargo, a diferencia de otros casos sin resolver, este crimen tiene sus bemoles, mostrando que hay que resolverlo en un lapso más o menos breve. El gobernador de la entidad, donde ocurrió la desgracia, siendo el más fuerte pretendiente a ser nominado como candidato a la Presidencia de la República de uno de los partidos políticos, se tambalea a punto de derrumbarse. No por que haya una presión ciudadana, sino por el número de pretendientes que tratarán de llevar agua a su molino, sin en el fondo importarles un comino lo que sucedió con la niña Paulette. En fin, este caso si no fuera tan dramático podría dar por resultado que involucre a toda la familia mexiquense exhibiendo carencias que nadie querría en Palacio Nacional. Aunque debe decirse que el peso económico de quienes le rodean puede lograr que la mancha que deja la evidente ineptitud de su Gobierno, se convierta en una mancha más de las muchas que en un leopardo lucen hermosas y no llaman la atención.

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